1)
El país está
azotado por el problema económico, moral y de inseguridad. ¿A la luz de
la distancia, cómo percibe al país?
El país vive en
efecto, la peor crisis económica, política, institucional y moral de su
historia. El gobierno se niega a admitirlo, a asimilarlo, pese al estruendoso
fracaso del modelo, pero no tiene capacidad para rectificar. Maduro está
atrapado en un país colapsado, en quiebra, pero no se atreve a ordenar un giro que
lo salvaría, sea por limitaciones, fanatismos, por la influencia cubana, o porque
se siente heredero del discurso y políticas populistas del difunto Presidente, que
eran solo sostenibles con el chorro petrolero, a las cuales cree que traicionaría
si en algo se aparta de ellas. El ala radical que lo rodea le impide también moverse,
y todo ello lo sufre amargamente el pueblo, que ha traspasado el límite de la
escasez a una situación de hambruna, penurias, muertes por falta de medicinas y
carencia de todo tipo de bienes de primera necesidad. ¿Hasta dónde es posible
aguantar un cuadro de hiperinflación, depresión económica, desabastecimiento
propio de una economía de guerra, colapso de los servicios públicos,
inseguridad desbordada, fuga de talentos, envilecimiento del salario,
pauperización de la clase media, represión política, corrupción rampante,
desconocimiento de la voluntad popular expresada el 6D, y progresivo
aislamiento internacional? Nadie lo sabe. Solo sé que es un cóctel explosivo,
una olla de presión a punto de estallar, reflejada en un profundo malestar y en
el abierto rechazo al régimen gobernante.
2)
Las
relaciones de nuestro país con Colombia han tenido altos y bajos momentos. La
figura de Álvaro Uribe siempre aparece en el centro de esa álgida relación. En
realidad ¿hay desde Colombia un plan para derrocar al gobierno
venezolano?
Es triste ver
cómo una relación bilateral que se desarrolló promisoriamente a lo largo de
décadas en el marco de la CAN, ha sido destruida por el presente régimen, por
políticas económicas incompatibles y porque no se cree en la integración
económica como base para la construcción de valor. Fui actor en los esfuerzos
de integración andina y latinoamericana, y me duele constatar la destrucción de
valor ocurrida. El intercambio colombo-venezolano apenas supera hoy los US$
1.000 millones, con barreras, deudas, siendo
que hasta 2008, había excedido los US$ 7.000 millones. La frontera lleva 7
meses cerrada, y ello no ha resuelto problemas que ameritan más entendimiento y
cooperación entre las autoridades, atacando los males de la inseguridad, el
contrabando, el crimen organizado y el narcotráfico. El cierre fronterizo ha agravado
el sufrimiento de poblaciones que tienen un carácter transfronterizo, con nexos
de sangre, cuyas realidades no son entendidas por el centralismo caraqueño y
bogotano. Sobre supuestos planes desde Colombia para derrocar al gobierno
venezolano y el presunto involucramiento de Uribe, ello es una de las manoseadas
estrategias del régimen para buscar enemigos externos y tender cortinas de humo
a su rotundo fracaso. No les doy ningún crédito ni importancia.
3) Dr.
Carmona, a usted lo respaldó un grupo de militares que pretendió llevarlo al
poder, hoy seguiría considerando que los militares son una alternativa para
Venezuela?
La
alternativa para Venezuela es la de un gobierno civil, democrático, garante de
la Constitución, del Estado de Derecho, de la independencia de los poderes
públicos, capaz de aglutinar voluntades para rescatar a Venezuela de las
cenizas. La recuperación de Venezuela será ardua, y comprenderá temas álgidos
como: a) Reconciliación nacional sin impunidad; b) Reconstrucción institucional
del país; c) Desarme de la población, de la delincuencia y de grupos violentos;
d) Recuperación económica, productiva, cambiaria, de inversión, derrota de la
inflación y puesta en orden de una economía desbarajustada; e) Los militares a
sus cuarteles, a cumplir con el mandato legal de ser apolíticos, no
deliberantes, subordinados al poder civil y encargados de velar por la paz, la
soberanía y la seguridad nacionales; f) Lucha sin cuartel contra la corrupción;
g) Reorientación de la política internacional en función de los verdaderos intereses
nacionales.
4)
Han pasado 14
años desde aquellos días del 11 de abril. ¿Está arrepentido de su participación
en aquel hecho histórico?
Hay momentos
de la vida que no se escogen, sino que lo impulsan a uno sin buscarlo, al ojo
del huracán. El 11A fue un tsunami político, complejo, inesperado, cuyo único
objetivo fue relegitimar los poderes públicos mediante elecciones limpias e
inmediatas, pues ya en ese entonces estaban conculcados por el gobierno de
Chávez, como parte esencial de su proyecto totalitario. La crisis de abril tuvo
un importante detonante en la toma política de PDVSA, en la aprobación
arbitraria del paquete de Decretos-Leyes, en la resistencia a la negociación de
contratos colectivos pendientes, y en la insatisfacción nacional con el rumbo
autocrático que Chávez imprimía a su gobierno. No habría jamás deseado que se
desencadenara la crisis, y en aquél entonces fui sincero con Chávez, al
advertirle lo que veía venir, y en proponerle un amplio diálogo; pero más pudo su
afán revolucionario que la visión de estadista de que careció, con la cual
habría evitado el choque de trenes.
5)
Los gobiernos
de Chávez y de Maduro han usado siempre como excusa de la crisis económica y
política del país lo que sucedió el 11A. ¿No se siente usted en parte
responsable de que Venezuela se mantenga en constante crisis?
El 11A y la
crisis actual son una consecuencia de la obcecación del régimen y no una causa.
Más consecuencias tuvo en su momento el paro petrolero de 2012-2013. Seamos
claros: la crisis económica y política responde al afán oficialista de imponer
al país un modelo estatista, controlista, intervencionista a ultranza, empeñado
en estatizar y destruir empresas productivas y asumir sin éxito su control, que
ha eliminado la autonomía del BCV para convertirlo en financista del gasto
público con emisiones inorgánicas, aplicando una absurda política cambiaria controlada
y múltiple, y avalando la liquidación de las reservas internacionales del país
para proveer de liquidez al Ejecutivo. El gobierno derrochó la bonanza
petrolera, apostó por un país sin sector privado y erró costosamente. En lo
personal no comparto ese modelo, pues creo en la economía de mercado con
responsabilidad social, con una paridad cambiaria única y libre, con estímulos
a la inversión privada, precios justos y diversificación productiva. El gobierno
arrasó con las exportaciones no petroleras y ha hecho depender como nunca a la
economía del sector extractivo. En fin, no me siento responsable de los
desaciertos del régimen, a los cuales adverso, pues han llevado al país a la ruina,
colocándolo entre los países de peor desempeño económico del mundo, según todos
los indicadores mundiales existentes.
6)
Muchos
venezolanos nos seguimos preguntando qué sería de este país hoy si usted se
hubiese quedado en el poder. ¿Cómo lo imagina usted?
Habría sido efímero,
de 90 a 180 días, apenas necesarios para convocar a elecciones parlamentarias y
presidenciales limpias, sin que luego yo pudiera, por expresa voluntad
personal, optar a cargo de elección popular alguno. Se habría salvado la
democracia, y el país se habría enrumbado bajo los principios de libertad, progreso,
respeto al Estado de Derecho, alternabilidad democrática, y estaría ubicado en
el sitial de liderazgo que le corresponde en el contexto latinoamericano,
mejorando cada día la calidad de vida de sus habitantes. Es triste ver lo
contrario: aversión a la libertad, desconocimiento de la voluntad popular,
aferramiento al poder “como sea”, persecución política, acosamiento al
empresariado, populismo asistencialista que no resuelve los problemas
estructurales del desempleo y la pobreza. Resultado: carencia total de bienes y
servicios, envilecimiento del poder adquisitivo del salario, pauperización de
la clase media, e índices de pobreza superiores al 81%.
7) Dr Carmona, ¿qué le pasó a nuestro país para que
llegáramos a esta situación donde no hay alimentos, ni medicinas, la atención
hospitalaria es cada día más precaria. La inflación, la inseguridad y las colas
son las noticias principales? Hay una tendencia, sobre todo entre los jóvenes,
de querer abandonar el país. ¿Qué le diría usted a esos jóvenes que quieren
irse del país?
Su pregunta
está recogida en las anteriores, pero destaco el ambiente de desesperanza, de
pesimismo, de angustia que abate el espíritu de tantos venezolanos, por la
falta de oportunidades, por las humillantes colas a las que deben dedicar parte
de su vida, el desmejoramiento de la calidad de vida, la hiperinflación, y
porque Venezuela se encuentra hoy entre los países más inseguros del mundo.
Ello pesa en la decisión de muchos de abandonar el país, en un lamentable
éxodo, en búsqueda de tranquilidad y de nuevos horizontes. La descapitalización
del talento humano es la peor que pueda afectar a un país, pues ha invertido en
ello millones de horas de formación que no se recuperarán fácilmente aunque haya
un cambio. Cada joven con el cual me cruzo en el exilio me duele, pero comprendo
que han sido impelidos al éxodo por fuerza de las circunstancias. Confío no
obstante en que un porcentaje de ellos retornará al país cuando Venezuela
vuelva a ser como fue, un país de talento creativo y de oportunidades.
"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"