Hoy 7 de
agosto, día la independencia de Colombia y de la gloriosa Batalla de Boyacá, tras
la cual Bolívar emprendió la reconquista de la libertad en Venezuela, me siento
de nuevo a reflexionar sobre la situación de la sufrida patria que me vio
nacer.
Nada preocupa
más a mi ánimo que la destrucción del conocimiento acumulado en el país y de su
sistema educativo, impulsores del éxodo de tantos venezolanos al exterior. Esa,
la del talento humano, es la mayor descapitalización que puede sufrir una
nación, ya que puede resultar en un alto porcentaje irrecuperable de cara hacia
el futuro. En efecto, los emigrantes van organizando su vida en otras latitudes,
por lo cual difícilmente estarían dispuestos a retornar, aun en escenarios de
cambio en la realidad política. Y más allá de la diáspora, estimulada por las
políticas del régimen que pauperizan a la clase media, resulta lamentable el
desarraigo que se va produciendo en no pocos compatriotas que no desean pisar
el suelo patrio mientras subsista la inseguridad, el aislamiento y la escasez
de los bienes más elementales, todo lo cual lesiona el orgullo del gentilicio
nacional. Hoy en el exterior, la venezolanidad genera sentimientos de
conmiseración y de dolor ajeno, al ver hundirse al país en manos inescrupulosas
e incompetentes.
Algunos hechos
recientes merecen especial mención: las amenazas del régimen a los gobiernos
holandés y antillano por la detención del General Hugo Carvajal, cuyo
prontuario delictivo es a raíz de ello más conocido en el mundo, y su
cuestionada liberación e indigno recibimiento en Caracas, con la presencia del
primer mandatario y la cúpula gobernante, quienes con jolgorio avalaron las torcidas
ejecutorias de ese prominente miembro del régimen. Estados Unidos, vacilante en
su accionar ante su enemigo político, no tuvo más opción que tomar medidas
suspensivas de visados para 24 integrantes del gobierno o violadores de
derechos humanos, sin que conozcamos sus nombres. ¿Qué diría Walid Makled,
extraditado a Venezuela por Colombia con el compromiso de un juicio imparcial,
actualmente hundido en las mazmorras del régimen para que no hable, entre otros
sobre la sociedad con el General Carvajal en los hilos de la corrupción?
Duele de otra
parte ver a Venezuela, rica en recursos naturales, al borde de la bancarrota,
en virtud de políticas populistas que han llevado al derroche de billones de
dólares en proselitismo y compra de conciencias nacionales e internacionales,
amén de la destrucción del aparato productivo público y privado, causantes de
profundas distorsiones macroeconómicas y de la degradación de la calidad de
vida, todo lo cual hiere las fibras más sensibles del alma nacional. La gente se
ve obligada a dedicar muchas horas de sus vidas no a fines productivos, sino a
hacer largas colas y casi mendigar bienes elementales, desde alimentos a útiles
de aseo personal, autopartes, servicios públicos, y hasta el parque de aviones
comerciales está paralizado en un 70% por falta de repuestos. En suma, la
economía venezolana está dislocada por el alto nivel de endeudamiento, la
voracidad del gasto público y la peor de las opciones elegida: el
financiamiento del gasto por parte del Banco Central de Venezuela, lo cual
representa combustible para el fuego inflacionario que agobia al país, uno de
los mayores del mundo.
En un análisis
reciente del destacado analista petrolero Ramón Espinasa, he encontrado
valiosas explicaciones a la crisis nacional prevaleciente. Destaca Espinasa
cómo a partir de 1999 se inició el desmantelamiento de PDVSA, para constituirse
en un brazo operativo del gobierno, abandonando las políticas de desarrollo del
personal basadas en la meritocracia, con una pérdida de 280.000 años de
experiencia. En cuanto al desempeño, el documento destaca entre otros:
a.
El deterioro de la producción
de petrolera, de 3,5 Mbd en 1998, a 2,6 M/bd en 2013.
b.
El aumento de empleados de
PDVSA, de 42.000 en 1998, a 110.000 en 2013, con una fuerte caída en la
productividad.
c.
Aumento en los costos de
producción por barril, de US$ 4 en 1998, a US$ 24 en 2013.
d.
Un incremento sustancial del
consumo doméstico de derivados de petróleo, de 470.000 b/d en 1998, a 780.000
b/d en 2013.
e.
El descenso en el precio de
la gasolina de US$ 0,11/litro en 1998 a 0,02 en 2013, provocando pérdidas de
oportunidad del orden de los US$ 33 millardos por año.
f.
La reducción del excedente
exportable de 3 M/bd en 1998, a 1.8 M/bd en 2013.
g.
En 1998 se exportaba a EUA
1.7 M/bd, y en 2013 0.8 M/bd; del saldo restante, 0,5 M/bd se dirigieron a
China, en parte para el pago de la deuda, 0,5 M/bd a la India, y 0,2 M/bd al
Caribe, Centro y Suramérica, en condiciones altamente concesionales.
h.
El ingreso real por
exportaciones de PDVSA fue de US$ 46.300 millones en 2013, pero si se hubiesen
mantenido las condiciones y mercados de 1998, habrían sido de US$ 109.500
millones, es decir ingresos menores del orden de US$ 63.200 millones por año.
i.
Hay aumento de las
importaciones de productos finales como consecuencia del deterioro del aparato
refinador. Hoy se importan de EUA 84 m/bd, de un total de unos 160 m/bd,
valorados en US$ 8.200 millones en 2013.
j.
Considerando el pago
intereses por la deuda de PDVSA, el ingreso neto por exportaciones fue de solo
US$ 34.000 millones, lo cual evidencia la causa principal de escasez de dólares
que confronta el país, y la razón principal de la profunda crisis por la cual
traviesa.
En lo
político, el panorama no es mejor. Los estudiantes que protestaron en meses
pasados fueron maltratados, judicializados, y amenazados de que si son
nuevamente detenidos irán a la cárcel, como medio para desmovilizarlos. El
pasado 4 de agosto el gobernante Maduro dijo con orgullo que la Guardia
Nacional Bolivariana, convertida en instrumento represor del régimen, contará
con equipamientos antidisturbios de nueva generación, para extinguir cualquier
intento de protesta futura. Ese cuerpo, que defendió valerosamente la
institucionalidad democrática en los intentos de golpe de Estado de 1992, está
hoy adoctrinada al estilo castrista, y es la expresión de la más execrable
brutalidad ejercida contra estudiantes y civiles indefensos.
El juicio
contra Leopoldo López no se ha iniciado aún, pero se le tratará de condenar con
el mismo guion seguido al Comisario Simmonovis. No se quedan atrás los
valerosos Alcaldes presos y tantas víctimas del brutal proceder persecutorio,
hasta extremos no vistos ni siquiera bajo el régimen del “presidente eterno”
del PSUV: Hugo Chávez Frías, impulsor de la destrucción moral, institucional y
económica de la República. Y como si fuera poco, la compra fantasma de El
Universal, como antes de Globovisión y de la Cadena Capriles, saca del juego a
destacados columnistas, para alinearse con
la hegemonía informativa del Estado. Definitivamente, no hay cosa que
moleste más a una dictadura que la crítica.
La anunciada
venta de CITGO en los Estados Unidos, joya de la corona del patrimonio
nacional, liquidará la estrategia de internacionalización petrolera adelantada
como política de Estado antes de la llegada al poder del chavismo, todo ello por
tratar de reducir riesgos políticos y obtener nuevos recursos para financiar el
déficit fiscal y el caos administrativo. Ello constituirá otro craso error del
régimen gobernante, de lo cual deberá rendir cuentas hacia futuro. No le ha
bastado con endeudar salvajemente al país, vender petróleo a futuro y dilapidar
los recursos de todos los venezolanos, sino que opta por liquidar valiosos
activos para asegurar su permanencia en el poder.
La oposición
está también, a no dudarlo, en una crisis de estrategia y de liderazgo. No son
momentos para canibalismos. Pero es necesario reorganizarse, oxigenarse, y ser
capaces de presentar un plan alternativo convincente a un pueblo que, según las
encuestas, cree mayoritariamente que las cosas en Venezuela van muy mal, pero
que no ve en la oposición una oferta convincente. Una cosa es cierta: sin
claridad de propósitos y unidad, no habrá esperanzas de un futuro mejor para el
país y para las nuevas generaciones. Los jóvenes, legítimos defensores de su
futuro, tienen por tanto esta vez, la primera palabra.
"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"
Un cordial saludo Dr. En realidad, la educación destruida y sin horizonte. Preocupado por la formación del niño. Un afectuoso abrazo!
ResponderBorrarSeñor Pedro Carmona, lo FELICITO SE LE VE MUY BIEN, MUCHAS BENDICIONES DEL CIELO PARA USTED.
ResponderBorrar¿Cual fue su colaboración para que las condiciones que motivan su reflexión empeorasen?. Interprete mi silencio Carmona Estanga.
ResponderBorrarGracias, Dr. Carmona. Ud. dice:
ResponderBorrarUna cosa es cierta: sin claridad de propósitos y unidad, no habrá esperanzas de un futuro mejor para el país y para las nuevas generaciones. Los jóvenes, legítimos defensores de su futuro, tienen por tanto esta vez, la primera palabra.
Estoy completamente de acuerdo, pero también, desde la distancia.
Extraordinario. Vaya para usted mi respeto y admiración.
ResponderBorrarExcelente escrito Dr. Carmona, triste ver esa realidad de un país hermano, Ojalá la misericordia de Dios toque ese país y algún se vea un cambio en pro de las nuevas genraciones:)
ResponderBorrarSE NOS FUERON TODOS Y AHORA SEGUIMOS VIENDO A PERSONAS PROFESIONALES QUE BUSCAN OTROS CAMINOS PORQUE NO VEN FUTURO EN EL PAIS . YO SOY UNA QUE MUERO POR IRME A COLOMBIA PERO NO SE COMO HACERLO . MI EXPERIENCIA ES VENTAS Y EN ROPA MEDICA , LO HAGO HACE 29 AÑOS , ESTOY EN SILLA DE RUEDAS Y SOY DE LAS QUE TAMPOCO VEO DUTURO PARA MI ,YA QUE ACTUALMENTE NO ENCUENTRO TELAS . SI ALGUIEN ME PUEDE AYUDAR A IRME MUCHO LE QUEDARE AGRADECIDA . MI CORREO ES MARIA.CHAVEZ57@HOTMAIL.COM Y MI TELEFONO ES 04123880276 AYUDENME POR FAVOR .
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