martes, 25 de diciembre de 2012

NAVIDAD 2012

Escribo estas reflexiones el día de la Natividad del Señor del año 2012. Las fiestas, el comercio o el jolgorio, nos llevan a ignorar lo que realmente se conmemora en este día: el nacimiento de Jesús de Nazareth, quien hace algo más de dos mil años trajo al mundo un mensaje de amor, de perdón y de paz que los seres humanos desdeñamos, envueltos en un mar de conflictos, egoísmos y antivalores. El legado de Jesús estará vigente por siempre, y la aplicación de sus enseñanzas harían sin duda del planeta, un tránsito mucho mejor hacia la vida trascendente.

Venezuela concluye el año con complejas situaciones, en especial: a) La derrota electoral del candidato opositor Henrique Capriles el 7 de octubre pasado, la cual conmovió el ánimo de quienes adversan al régimen; b) La elevada abstención en las elecciones regionales del día 16 de diciembre, pues las fuerzas opositoras se desmovilizaron a raíz de la derrota de octubre, facilitando el triunfo oficialista en la gran mayoría de los Estados de la República; c) La grave evolución de la enfermedad presidencial, planteando interrogantes sobre la eventual sucesión en la jefatura del Estado; y d) Una crisis económica en ciernes, derivada del manejo irresponsable e ineficiente de la política económica.

Respecto de lo primero, un hecho quedó evidenciado: si bien la concurrencia a las urnas el 7 de octubre fue masiva, y surgió una esperanza sobre el posible triunfo de Henrique Capriles, el ventajismo del régimen expresado en el abierto manejo de los recursos fiscales y de la poderosa maquinaria del Estado al servicio del candidato-presidente, a más de la intimidación, la hegemonía mediática y la manipulación del sistema electoral, revelan que no hay ni asomo de posibilidad de que la oposición llegue al poder por la vía electoral, si no media una reforma limpia en las reglas del juego, que aseguren equidad y transparencia entre los contendores políticos.

En relación con las elecciones regionales, la oposición se desmoralizó, y el 16 de diciembre optó de nuevo por la abstención, pues consideró que no hay respeto debido a la voluntad popular, y como señal de protesta por la pasividad de dirigentes y organizaciones políticas ante al abuso de poder del régimen, creando así condiciones para que el oficialismo se viera favorecido por el círculo perverso frustración-abstención. Es innegable la debacle que significa la pérdida de gobernaciones emblemáticas como Zulia, Carabobo, Táchira y Nueva Esparta, y aunque se salvó el liderazgo de Capriles en Miranda y se preservaron los Estados Lara y Amazonas, ello representa apenas una ínfima minoría en un mapa electoral teñido de “rojo, rojito”. Los recursos fiscales de la nación estuvieron de nuevo al servicio de los candidatos ungidos por el dedo omnipotente del presidente, sin que faltaran como aderezo miles de contenedores cargados con electrodomésticos chinos que se repartieron a lo largo y ancho de la República, y los ofrecimientos de prebendas económicas o viviendas, con los cuales se compraron muchas conciencias al nivel nacional.

El tercero de los hechos, el de la enfermedad presidencial, plantea interrogantes sobre el futuro político del país. ¿Superará el presidente este difícil trance de su existencia? ¿Si no fuere así, que ocurrirá en el próximo futuro? El secretismo cubano sigue marcando la pauta, pero el mandatario hizo ya su testamento político: Nicolás Maduro es el ungido para abanderar al oficialismo si se produce la ausencia absoluta, o si el presidente electo no pudiere asumir el cargo en la fecha establecida por la Constitución, pese a que ahora los juristas del régimen tratan de interpretar la Carta Magna para que el 10 de enero no represente una fecha pétrea, pues para ellos las normas están hechas para moldearlas a la mejor conveniencia del establecimiento. En efecto, para el oficialismo, la revolución está por encima de la Constitución, y el “mandato popular” no está sujeto ni siquiera a la que en su momento fue calificada como la mejor Constitución del mundo. Aun así, ¿qué pasaría si ante una ausencia absoluta del presidente, es menester convocar a elecciones en 30 días? ¿Será Capriles el candidato de las fuerzas democráticas, por tener en su haber una reciente campaña que lo dio a conocer a nivel nacional, o surgirá una figura alternativa? Sea lo que fuere, pese al desgaste político de la derrota del 7 O, Capriles luce como el candidato natural, sin subestimar por ello el sentir predominante en las toldas de la oposición, que exige de la Mesa de la Unidad una posición más firme en la defensa del voto, y en denunciar con más determinación las continuas violaciones del régimen al Estado de Derecho, para enraizar una autocracia que evoluciona sin prisa pero sin pausa hacia el totalitarismo, como lo evidencia el proyecto de creación del Estado Comunal. Es de prever que si Maduro, el fiel escudero de Chávez y de los Castro asume como candidato, la maquinaria del régimen se volcará con renovada fuerza a su servicio, y tratará de convertir a Chávez en un mito al estilo de Perón en Argentina.

La cuarta consideración tiene que ver con las sombrías perspectivas de la economía, determinadas por un nivel creciente de endeudamiento público, la artificialidad del tipo de cambio, los subsidios generalizados, la ausencia de divisas, la destrucción de la inversión, de la propiedad privada, de la infraestructura y del aparato productivo nacional. Una devaluación cambiaria luce impostergable, además del ajuste a los precios de los combustibles, cuya irracionalidad causa un irreparable daño al patrimonio nacional, pues las pérdidas sobre costos de producción superan los US$ 13 mil millones por año, a lo cual se añade la inconmensurable carga de los apoyos a naciones políticamente afines.

Cabe también un comentario respecto de la iniciativa del Diputado Edgar Zambrano en nombre de la MUD, de iniciar un diálogo con el gobierno para propiciar medidas de gracia en favor de presos políticos y exiliados. Recibí su visita en Bogotá y agradecí la deferencia, como lo hizo con muchos desterrados en otros países, y más allá de cualquier interés personal, le expresé que la prioridad debía dirigirse hacia quienes están privados de la libertad en Venezuela, que sufren injustamente. Pero llegó la Navidad, que habría sido un tiempo propicio para un gesto de reconciliación sin condiciones, y la iniciativa no se materializó, dada la ausencia del país del gobernante.

Finalizo estas reflexiones destacando el torneo de radicalismos que hemos presenciado de parte de los llamados hijos del presidente, en particular Maduro y Cabello, quienes tratan de competir en méritos como los defensores del legado revolucionario. Así, quienes pensaron con optimismo que Maduro podría resultar una opción moderada del chavismo sin Chávez, han podido evidenciar anticipadamente la inmadurez y sumisión del ungido, que afloran sin dejar lugar a equívocos.

Una Feliz Navidad para todos, y un Año Nuevo de esperanzas de que más temprano que tarde, llegará el día en que los venezolanos rescatemos el régimen de libertades y nos reconciliemos como hermanos, y donde la figura de la jefatura del Estado nos cobije a todos, más allá de consideraciones ideológicas cargadas de fanatismo y exclusión.



"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

viernes, 30 de noviembre de 2012

EL DESARROLLO PETROLERO COLOMBIANO: PRESENTE Y FUTURO *

Colombia ha experimentado en los últimos años una significativa expansión de su actividad petrolera. En la segunda mitad del siglo pasado, el descubrimiento de yacimientos como los de Caño Limón, Cusiana y Cupiagua impulsaron la producción petrolífera, pero ello ocurrió en esos favorables momentos, sin que luego estuviera acompañada de una sostenida y robusta actividad exploratoria. Las reservas petroleras probadas alcanzaron su mejor momento a comienzos de los años 90, al superar los 3.000 millones de barriles, pero en el presente solo bordean los 2.500 millones, equivalentes a 7 años de producción a la rata actual de 929.000 barriles diarios (b/d).

Fue así como Colombia alcanzó picos de producción del orden de los 800.000 b/d hacia el año 1999, pero posteriormente declinó entre los años 2004-2007, a un promedio apenas superior a los 500.000 b/d, para iniciar en 2008 un nuevo ciclo ascendente hasta el presente, pero sin una modificación equivalente en el nivel de reservas. De cualquier forma, la expectativa que existía en los años 80, de que en la presente década Colombia dejaría de exportar petróleo, y comenzaría a importar, dista de haberse cumplido. Por una parte, por las mayores inversiones realizadas por Ecopetrol, acompañadas de una expansión en la inversión extranjera directa en el sector (US$ 5.083 millones en 2011), así como por la utilización de mejores tecnologías para la extracción de crudos pesados, entre ellas la perforación horizontal, y de recuperación de pozos marginales. Se preveía que Colombia rompería en el 2012 la barrera meta emblemática del millón de barriles diarios, pero todo indica que ello no será posible este año, entre otros por limitaciones en la infraestructura de transportes, la normativa ambiental y de consulta previa, y la inseguridad que aún afecta a varias regiones productoras.

La prioridad nacional es pues impulsar las cuantiosas inversiones requeridas en la actividad exploratoria, no solo para alcanzar o sobrepasar el millón de barriles diarios, sino lo más importante, estar en capacidad de sostener en el tiempo, la producción de hidrocarburos en niveles elevados como los actuales. Para ello, es necesario que los planes de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) logren pleno éxito. La Ronda Colombia 2012 se convierte en el paso más relevante de los últimos tiempos, en la medida en que ofrece a los inversionistas internacionales 115 bloques, con interés inicial expresado por 67 empresas, cuyos resultados se conocerán antes de finalizar el 2012. Ello incluye la asignación de unos 12 bloques para exploración mar afuera u “off shore”, tema en el cual ha existido poca experiencia en Colombia.

Es de esperar que en función de los resultados de esta audaz empresa, Colombia incremente sus reservas probadas, aunque para muchos expertos, la geología nacional no ofrecería perspectivas de grandes descubrimientos, capaces de convertirla en un gran actor petrolero, pero sí de asegurar el autoabastecimiento hacia el largo plazo, el incremento de la capacidad de refinación con la ampliación en marcha de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja, y el sostenimiento de su capacidad exportadora en volúmenes medios, especialmente a Estados Unidos, con efectos benéficos sobre la actividad económica y la balanza de pagos.

En la actualidad, cerca de un 67% de la inversión extranjera se dirige al sector minero-energético, y allí se concentra también la actividad exportadora. En el período enero-julio de 2012 dichas actividades fueron responsables del 71,3% del total exportado, de los cuales un 51% fue de crudos. Además, las exportaciones minero-energéticas mostraron un dinamismo mayor que las de otros sectores, ya que mientras las primeras crecieron en un 13,7% en los siete primeros meses de 2012, las demás decrecieron en 0,8%. Ello estaría marcando una tendencia de “reprimarización” de la economía, y no de diversificación económica, en especial con los retos de internacionalización que plantea la negociación de un número importante de acuerdos de libre comercio con diversas naciones del mundo.

No puede ocultarse la inquietud existente por los efectos asociados al crecimiento del sector primario, principalmente por la llamada “enfermedad holandesa”, que no es otra cosa que la apreciación del tipo de cambio estimulada por el flujo de divisas proporcionada por los recursos naturales no renovables, en detrimento de otros sectores a los cuales resulta más difícil convivir con un tipo de cambio revaluado. Sobre este debate, conviene destacar que si bien corresponde al Banco de la República y al gobierno evitar que este efecto se acentúe, el tipo de cambio es solo un factor clave en la competitividad del sector exportador, pero no el único, ya que la productividad representa otra pieza fundamental para compensar los efectos de la apreciación cambiaria. Por ello, resulta de tanta relevancia la llamada Agenda Interna para la Competitividad, ya que Colombia no está mostrando avances en su posición relativa en el índice global de competitividad del World Economic Forum. Así, en el correspondiente a 2012-2013, se registra un desmejoramiento, al pasar de la posición 68 a la 69 entre los 144 países analizados, con un retroceso mayor en algunos subíndices como la infraestructura, educación, salud, e instituciones.

Otros debaten sobre si la expansión de los recursos naturales no renovables constituye o no  una “maldición”, dados sus efectos distorsionantes. Es cierto que muchos países minero-petroleros se caracterizan por un bajo nivel de desarrollo institucional, o por la generación de una mentalidad rentista que no favorece el espíritu innovador, de emprendimiento, o de esfuerzo hacia el trabajo. Y que con frecuencia los recursos petroleros fáciles no se “siembran” en aras de una mayor diversificación económica. No obstante, considero que el problema no es la abundancia de los recursos del sector extractivo, sino las políticas aplicadas por las naciones productoras. Existen muchos ejemplos de países como Noruega o Chile, que han sabido invertir los ingresos provenientes de los recursos naturales no renovables, y han constituido con éxito fondos de estabilización macroeconómica para atenuar los efectos de la enfermedad holandesa, y acumular ahorros en las épocas de abundancia, para los momentos de reducción de precios o en la actividad económica mundial.

Un ejemplo contrario ha sido el de un país como Venezuela, donde no solo se dejó de ahorrar en el ciclo de bonanza petrolera de los últimos años, congelando el Fondo de Estabilización Macroeconómica que existía, para enfatizar en un modelo en el cual el gasto público es el motor de la economía, e impulsando mayores niveles de endeudamiento, y notables niveles de ineficiencia en el gasto público. Otro caso a considerar es el de Colombia, pues la aplicación de las regalías, las cuales alcanzaron 8,2 billones de pesos en 2011, no ha estado ajena a la ineficiencia y la malversación, con un balance que mantiene a las regiones minero-energéticas en el atraso o la pobreza, en lugar de estimular la diversificación productiva y el bienestar social. Es de esperar por ello que la reforma reciente a la Ley de Regalías contribuya a una mejor supervisión de la aplicación de los recursos derivados de la explotación minero-energética, y a una distribución más equitativa de esos ingentes recursos en verdaderas prioridades en el territorio nacional.

 

*Publicado en la Revista Academia, de  la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá.

 



"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

sábado, 27 de octubre de 2012

EL GUAYABO ELECTORAL


No ha sido fácil para los venezolanos reponerse del “guayabo” que nos dejó el proceso electoral del 7 de octubre. Esperé varias semanas para escribir de nuevo, pues yo mismo, que he vivido duras experiencias pasadas, y que por tanto no me ilusiono fácilmente, me contagié como millones de compatriotas, de la esperanza que generó la fulgurante campaña de Henrique Capriles Radonski, vigorosa expresión de la generación de relevo, quien ofreció reencauzar a la sufrida Venezuela por el extraviado camino de la paz, el progreso, la libertad, la honestidad y la inclusión, con lo cual logró sin duda conectar, bajo una visión futurista, con más de la mitad de los venezolanos.

En reflexiones pasadas recogidas en este Blog, insistí en las asimetrías, la iniquidad y ventajismo de un sistema electoral al servicio de un régimen aferrado al poder a cualquier costo, y en lo difícil que resultaba vencerlo, pues no se trataba de un proceso electoral limpio, ni de la sucesión de un gobierno normal a otro, sino de la sustitución de una dictadura por una opción realmente democrática. Pese a todo, el candidato de la unidad se empleó con gallardía en una batalla que él mismo calificó como la de David contra Goliat, pero esta vez no venció David sino Goliat, merced a la desproporción de recursos empleados por la poderosa maquinaria del Estado, incluyendo todo el fisco nacional, gobernaciones, alcaldías y empresas públicas, al servicio del candidato-presidente, quien además abusó de su hegemonía informativa, y movilizó en forma intimidante a la legión de empleados públicos, a la Fuerza Armada y a tantos ciudadanos subyugados por el asistencialismo, a sufragar por él. Chávez, con su nuevo triunfo, pasará a la historia con el triste record del déspota de mayor permanencia en el poder después de Juan Vicente Gómez.

Capriles fue así otra ilusión que se estrelló contra una maquinaria omnipotente, blindada en forma ilegítima, no obstante lo cual logró 6,5 millones de votos, ciertamente una proeza, pero en el fútbol se gana o se pierde por un gol. La derrota fue un duro golpe emocional para millones de compatriotas que anhelan vivamente un cambio, en aras de un futuro mejor para la patria, y para tantas familias disgregadas por el mundo, sea en búsqueda de oportunidades, o huyendo de la exclusión, la inseguridad y la anarquía que asuela al país. A pocos días del 7-O, muchos ciudadanos que aguardaban esa fecha para definir sus proyectos de vida, comienzan a acrecentar la lenta y dolorosa diáspora que profundiza la dispersión de la familia venezolana por el mundo, con el inconmensurable costo del desarraigo y la descapitalización del talento humano.

He vivido en carne propia lo que supone una oportunidad perdida, y me duele, como también la vivencia de héroes convertidos en villanos, a lo que somos dados los venezolanos. Así, Capriles, el líder, es tildado ahora como entreguista, por reconocer sin reservas el triunfo de Chávez. Es cierto que no fue una elección pulcra, ni entre demócratas, pero, ¿hubo acaso amenazas de violencia oficialista? No lo sabemos, excepto que Chávez no es un demócrata, y que ha utilizado el recurso electoral para perpetuarse en el poder, demoler el sistema desde adentro, y sustituir el modelo republicano por uno de inspiración castro-comunista del cual se ufana, y que anuncia profundizar. Fue además obvio que no solo estaba en juego el destino de la nación, sino el de fuertes intereses económicos, geopolíticos e ideológicos de dimensión universal. La izquierda internacional respaldó de lleno a Chávez, y un ejemplo fue Lula y el Foro Sao Paulo. No era pues imaginable que la sola voluntad de un pueblo que vibró en las concentraciones de la alternativa democrática serían suficientes para derrotar al gigante totalitario. No. El que escruta y maneja a discreción el tesoro nacional para comprar conciencias, gana. No fue un juego equitativo, pero así fue aceptado por las fuerzas reunidas en la MUD, coordinadas por el recto y culto dirigente político Ramón Guillermo Aveledo, quizás demasiado decente para enfrentar a un contendor sin valores ni principios.

¿Que faltó firmeza en denunciar y contrarrestar el ventajismo y la opacidad de las reglas del juego electorales? Sí. ¿Que la campaña no involucró más a los demás precandidatos de las primarias? También. Pero la mayor crítica de varios analistas fue el temprano reconocimiento de la derrota, sin comprobaciones, después de que los datos marcaban tendencias favorables. O que al menos se hubiesen dejado sentadas denuncias o solicitudes de investigación por el uso indebido de los recursos de todos los venezolanos, para el logro de sus perversos objetivos. También en el exterior causó perplejidad la reacción opositora, asumida bajo un silencio desconcertante.

Con todo, es impropio tratar de convertir a Capriles o a la MUD en villanos. El gobierno se frota las manos porque en las mismas toldas opositoras se cuestione al candidato y a los partidos. El oficialismo, empeñado ahora en ocupar los espacios restantes en las elecciones de gobernadores y alcaldes de diciembre y abril próximos, tratará de pulverizar al líder opositor, en el mismo trapiche en el que ha ido moliendo a tantos adversarios, desde quien esto escribe, protagonista de un complejo capítulo de la historia contemporánea destinado a llamar en 2002 a elecciones limpias e inmediatas para la relegitimación de los poderes públicos, ya en esa fecha conculcados, hasta los candidatos democráticos Rosales y Capriles, éste último escogido en comicios primarios, con excepción de la traición histórica que encarnó Francisco Arias Cárdenas, hoy convertido en uno de los más abyectos lacayos del gobierno, y aspirante a la gobernación del Estado Zulia. Pero también es impropio censurar a quienes desde visiones críticas, denuncian y sustentan un colosal fraude.

Hay pues razones para la decepción y la tristeza. Yo, como venezolano disidente, y como ser humano que vive diez largos años de exilio, no me excluyo de ese sentimiento, pues percibo que el país se hunde en el atraso, engañado o forzado a votar en contra de su futuro, y que pasarán años antes de que se retome una senda de paz, prosperidad y progreso. Pero no veo otra opción que impedir que el oficialismo termine de copar los espacios políticos como pretende, a la par de la necesidad de desplegar una firme batalla para que se modifique el viciado sistema electoral, y así garantizar el respeto al voto y la libre determinación del pueblo. En ello coincidirían las grandes mayorías, incluyendo a muchos chavistas, amparados en principios constitucionales pisoteados por un régimen corrupto e ineficiente, salvo en su empeño por aferrarse al poder y exportar su caduco modelo. La lucha, y la presión pacífica y democrática, hay que ejercerla sin temor. De lo contrario, la decepción degenerará en resignación o indignación, en esos 6,5 millones que votaron por un cambio, o en quienes acudieron a las urnas obligados o sobornados. Fraude no es solo el electrónico, sino el impúdico ventajismo que legitima a un régimen forajido. No hay otra opción que tratar de conquistar gobernaciones y alcaldías en las elecciones regionales, y librar una lucha sin cuartel por la defensa de la libertad y de los verdaderos valores democráticos. Con las actuales reglas del juego, el tirano y su entorno, jamás entregarán el poder. Que el “Bravo Pueblo”, lema de nuestro glorioso himno nacional, no degenere en palabras huecas, presas de la dictadura.


"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

sábado, 22 de septiembre de 2012

LA GRAN ENCRUCIJADA


Hemos llegado al final de la contienda electoral, la más trascendente de la historia contemporánea de Venezuela. Sin maniqueísmos, si el 7 de octubre próximo –fraudulentamente o no- se confirmara en el poder al actual gobernante, se afianzaría un régimen despótico, en el cual todos los poderes están subordinados a una persona, sin control político alguno; donde el presidente se proyectaría en el poder por 20 años, el lapso más prolongado después de la dictadura de Juan Vicente Gómez, pues Pérez Jiménez solo ejerció el poder en forma unipersonal durante 5 años, nueve sumando la etapa de la Junta de Gobierno. Un régimen que ha tomado el poder por asalto, como un botín que ha enriquecido al entorno del Jefe de Estado y del partido de gobierno, ha dilapidado fortunas que no volverán, y ha sido pródigo en regalos a otras naciones en búsqueda de solidaridades, o en apoyo a proyectos políticos afines; donde el culto a la personalidad, la adulación, y la megalomanía han llegado a límites extremos; donde la mayoría de los medios de comunicación están en manos del oficialismo, para imponer una hegemonía informativa o la autocensura; donde no existen adversarios sino enemigos políticos que hay que aplastar; donde la inseguridad está fuera de control y tiene al país en un estado de paranoia colectiva que fuerza a muchos a emigrar por pura supervivencia; donde el régimen carcelario viola los más elementales derechos humanos; donde la mentira se constituye en política de Estado; una nación que en lugar de estar a la vanguardia del desarrollo regional ocupa los últimos lugares en los índices mundiales de competitividad, de libertades económicas, y de transparencia; donde los venezolanos viven una diáspora migratoria, que se potenciaría si Chávez permanece en el poder, agravando la peor de las descapitalizaciones de una nación: la del talento humano; donde el régimen ha entregado la soberanía en manos de Cuba en sectores vitales, estratégicos, como nunca antes en la historia; donde la democracia es vista solo bajo el cuestionable barniz de procesos electorales opacos, y no de la legitimidad en el ejercicio del poder bajo el imperio del Estado de Derecho; donde día a día se deteriora más la infraestructura, no hay inversión, se ha destruido el tejido productivo público y privado y se cercena el derecho a la propiedad; donde avanza la ideologización castro-comunista, desde los centros de educación pública hasta los cadetes de la Escuela Militar; donde la Fuerza Armada han mutado, de una institución profesional, con prohibición constitucional de estar al servicio de un persona o parcialidad política, a un partido político armado que responde al ignominioso lema de “revolucionaria, bolivariana, socialista y chavista”; donde las instituciones nacionales han sido sustituidas por estructuras político-caudillistas, incluyendo a PDVSA, la Fuerza Armada, el sistema judicial, las misiones; donde el militarismo ha impulsado una injustificada carrera armamentista, en un país lleno de necesidades insatisfechas, que lo que quiere es la paz, y no la preparación para ninguna guerra; donde ocurren continuos accidentes en instalaciones petroleras vitales, por incapacidad y politización en la PDVSA “revolucionaria” o por imperdonable falta de inversión y de capacidad de gestión; donde la política internacional del país se convirtió en tema ideológico del gobernante, y no de los intereses permanentes y de largo plazo de la República; donde la masiva importación de bienes de primera necesidad configuran una economía de puertos, amén de registrar la inflación más alta de América Latina y una de las mayores del mundo; un país donde no han bastado los cuantiosos recursos provistos por la pródiga naturaleza, sino que se le ha endeudado más, multiplicando por seis la deuda total a lo largo de los 14 años de gobierno, hasta niveles superiores a los US$ 200 millardos, y como si fuera poco, hipotecando al país con ventas de petróleo a futuro a China, pues la caja no le basta a un modelo voraz en recursos e ineficiente en su administración; donde se siembran antivalores desde el más alto nivel, entre ellos la impunidad ante la corrupción de los militantes del chavismo, y la exaltación al abuso de poder o a las violaciones constitucionales, desde el General Acosta Carlés a Rangel Silva, pasando por los pistoleros de Puente Llaguno. La lista luce inagotable, pero han sido catorce años de un profundo deterioro, de resquebrajamiento de valores, del orgullo de la venezolanidad, y de atraso en todos los órdenes de la vida nacional.

En el otro punto, pese a las asimetrías y los mecanismos ventajistas denunciados por tantos analistas, la candidatura de la unidad democrática que encabeza Henrique Capriles ha emergido con inusitado vigor, moviendo fibras dormidas en el corazón de muchos venezolanos, dado el peso de la bota autoritaria, tan bien reflejada por Weil, ese agudo caricaturista nacional. Así, pese a los chorros de dinero que han fluido en la campaña oficialista, todo el que proporciona el poder del Estado, y la sucia campaña desatada contra el candidato de la unidad, éste ha sorprendido a los más incrédulos, entre ellos en los inicios a quien esto escribe, con una campaña dinámica, comprometida, en que ha entregado todo lo que podía de sí, para presentar una opción de salvamento y de cambio democrático, a una nación que merece un destino mejor. Hemos presenciado nuevas promesas después de 14 años de fracasos e incumplimientos, la compra de “saltos de talanquera”, algunos de ellos denigrantes, o encuestas manipuladas o forjadas, pero ello no ha hecho mella en una tendencia creciente del candidato de la unidad en las mediciones reales de opinión, entre ellas las impresionantes concentraciones populares en todo el país, pueblo por pueblo, que muestran que el mensaje ha calado en todos los estratos, y que el triunfo está en sus manos, para reconstruir al país, y colocarlo en la senda del progreso, de la paz y del entendimiento civilizado y fraterno, en lugar de las amenazas de represión, de guerra y la lucha de clases del candidato-presidente. Capriles ha superado pues las expectativas, convirtiéndose en un fenómeno político, al manejar con acierto un nítido contraste de visiones, sin insultos, denuestos, ni la degradación moral a que somete al país el régimen gobernante en forma permanente.

Estas reflexiones de bloguero, mi espacio personal de desahogo, no suponen activismo en favor del candidato de la unidad, pues conozco a los mal intencionados. Pero sí afirmo, que su candidatura es la de todos los venezolanos de bien que anhelan un país fraterno, libre, inclusivo, con un futuro de paz, de progreso, y de atención a las necesidades vitales de la nación como un todo. Que el 8 de octubre signifique el alba de un nuevo amanecer, de esperanzas para quienes sufren, y para tantos que han sido expelidos del país en esta dura etapa de la historia. Ello sin olvidar que no estamos ad portas de la sustitución de un régimen democrático por otro, sino de una dictadura que se aferra sin escrúpulos al poder, y que amenaza con celadas represivas o desestabilizadoras para impedir el inevitable cambio. Pero el autócrata saldrá esta vez por la vía del voto. Cualquier intento de violencia o desconocimiento de la voluntad popular, será rechazado por el pueblo y por el mundo. Que Dios bendiga e ilumine a Venezuela en este trance vital de su historia.



"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

sábado, 25 de agosto de 2012

DUELO EN VENEZUELA


Venezuela vive y sufre en silencio, de duelo en duelo. El más grave, el derivado de la desbordada ola de delincuencia que asuela al país, la cual ha alcanzado la  cifra de 160.000 homicidios desde que asumió el poder Hugo Chávez Frías en 1999, situación que luce indetenible ante la pasividad o incapacidad de las autoridades. Ello hace pensar a analistas que es parte de una política de Estado, pues es manifiesta la impunidad, la entrega o posesión de armas en manos de la población, y los antivalores que Chávez ha sembrado desde que, recién posesionado, afirmó que robar por necesidad no era delito. Hoy la población venezolana llora desconsolada a sus muertos a las puertas de las morgues del país, y está sometida a un virtual toque de queda desde tempranas horas de la noche, con grave afectación de su condición anímica y calidad de vida, hasta el punto de constituirse en uno de los principales factores de motivación de una corriente migratoria sin antecedentes en el pasado.  

Otro, el que hoy 25 de agosto de 2012 enluta a Venezuela, originado en un nuevo accidente en instalaciones de PDVSA, el de mayor magnitud que se haya registrado en la historia petrolera del país, ocurrido en el Centro de Refinación de Paraguaná, Estado Falcón, donde se asienta uno de los complejos de refinación más grandes del mundo, con dos importantes refinerías: Amuay y Cardón, en la primera de las cuales se produjo la explosión e incendio. Al momento de escribir estas líneas, se registran con dolor 39 muertos y 86 heridos, además de cuantiosos destrozos en las instalaciones del complejo, y en las comunidades adyacentes al mismo.

Un accidente puede ocurrir en procesos industriales riesgosos, como es el procesamiento de crudos y  combustibles, pero el hecho es que la situación tiende a hacerse recurrente. En efecto, según un comunicado de “La Gente del Petróleo”, suman 79 los percances graves previos en el Centro de Refinación de Paraguaná, con 19 trabajadores fallecidos y 67 lesionados, sin  contar las paralizaciones y averías que han sufrido las refinerías de El Palito y Puerto La Cruz. Todo ello se ha agravado desde que la actual administración decidió expulsar de la empresa a 23.000 de los más calificados recursos humanos de que disponía la nación, hoy dispersos por el mundo. Pero además, por la desinversión en mantenimiento y modernización de instalaciones, y la conversión de una empresa de excelencia en el pasado, en una dependencia política, en caja chica del gobierno, y en “holding” de más de 100 empresas, muchas de las cuales son ajenas al “core” o razón de ser de PDVSA, que es la operación de la industria petrolera nacional.

En mayo de 2011, escribí en este mismo Blog, bajo el link: 
reflexionando sobre las implicaciones de las erradas políticas gubernamentales en las actividades de PDVSA, la “gallina de los huevos de oro” de los venezolanos, operadora energética medular de un país que posee las mayores reservas petroleras del mundo, y que debería encontrarse a la vanguardia del progreso y del desarrollo de América Latina. Pero he aquí que la prioridad del gobierno no ha sido operar los recursos y activos de PDVSA con el criterio meritocrático que existió en años anteriores al actual gobierno, sino privilegiando la transferencia de recursos al Ejecutivo para financiar programas políticos, con descuido de la formación de su extensa nómina, la cual triplica a la existente en 1999, pero en cuyo reclutamiento prevalecen criterios de afinidad con el régimen, más que en la rigurosidad en la capacitación y desempeño. Además, la virtual desaparición de la universidad corporativa de PDVSA, el CIED, que cumplió  un papel relevante en la formación de los recursos humanos de la empresa, así como del INTEVEP, ente destinado a la investigación y desarrollo tecnológico, han tenido resultados nefastos sobre los recursos humanos de PDVSA, mientras que muchos fondos se han desviado a apoyar otros programas como las universidades bolivarianas y misiones de distinto orden, función que debería corresponder al gobierno central.

Aunque el gobierno se ha adelantado a desmentir que el grave accidente haya obedecido a la falta de mantenimiento, es manifiesto que PDVSA ha tenido que endeudarse para cubrir sus gastos operacionales, por un monto total que alcanzaba US$ 50 millardos a finales de 2011, sin sumar el fondo chino; dicha cifra podría elevarse a US$ 70 millardos en el presente año, según fuentes confiables. Nótese además que en la página web de PDVSA del año 2006, se afirmaba que la meta de producción petrolera para el presente año 2012 sería de 5,8 millones de barriles/día, cifra totalmente alejada de la realidad, pues en la actualidad apenas bordea los 2,4 millones de b/d., dado que los recursos de la empresa se manejan con criterios políticos.

Ignoramos cuál es la magnitud de los daños ocasionados en el Centro de Refinación de Paraguaná como consecuencia de este serio accidente, así como las consecuencias que tendrá sobre la producción de combustibles y lubricantes hacia los próximos meses, pero es previsible que la refinería de Amuay estará afectada durante un tiempo impredecible, y que PDVSA requerirá incrementar la importación de combustibles, cosa que contradictoriamente ya ocurre en el presente. Ello sin desdeñar el costo del inconmensurable subsidio que hoy se concede a los combustibles en el mercado doméstico, los cuales se expenden a precios irrisorios, muy por debajo de los costos de producción, ocasionando inmensas  pérdidas patrimoniales a PDVSA y a la nación.

El lamentable evento comentado debe merecer profundas investigaciones y  auditorías de calidad, extensivas a las demás instalaciones de PDVSA, pues constituyen una señal de alarma sobre el manejo operacional, de mantenimiento y de capacitación del personal, y de esa forma determinar si están a la altura de los estándares que deben imperar en la empresa bandera de la industria petrolera venezolana





"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

miércoles, 25 de julio de 2012

sábado, 7 de julio de 2012

LA CRISIS PARAGUAYA Y EL SUBREPTICIO INGRESO DE VENEZUELA AL MERCOSUR

Produce perplejidad y vergüenza, por decir lo menos, que a raíz de la crisis política ocurrida en Paraguay, que condujo a la destitución parlamentaria del Presidente Fernando Lugo, se haya suspendido a un país fundador del Mercosur, y que un momento como ese, sea aprovechado para remover subrepticiamente el único obstáculo remanente para el perfeccionamiento de la incorporación de Venezuela a dicho esquema: la negativa del Congreso paraguayo a aprobar dicha adhesión, en razón del no cumplimiento por parte de Venezuela de uno los requisitos de ingreso, consagrado en el Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático.
El caso evidencia la doble moral e hipocresía con la cual actúan algunos gobiernos “progresistas” en la región. Cuando se trata de un gobierno de izquierda todo es válido, pero se aplica un rasero diferente a gobernantes no afines con esa ideología. Así, a manera de ejemplo, han fluido con facilidad en el pasado categóricas posturas en favor de Zelaya en Honduras, o ahora de Lugo en Paraguay, pero nada se dijo cuando en Nicaragua fue reelecto inconstitucionalmente el sátrapa Daniel Ortega, o cuando se destituyó a los Presidentes Carlos Andrés Pérez en Venezuela, a Sánchez de Lozada en Bolivia y Lucio Gutiérrez en Ecuador, o ante el régimen castrista aferrado al poder en Cuba en forma totalitaria por más de medio siglo, o cuando en Venezuela la figura de la democracia ha sido mediatizada por un régimen autocrático, que conculcó la independencia de los demás poderes y limita los derechos de los venezolanos, por encima de las normas constitucionales que el propio régimen se dio en 1999, y que descansa en un sistema electoral ventajista, orientado a perpetuarse en el poder a cualquier costo. O cuando en Ecuador se restringe la libertad de prensa, se asfixia a los medios escritos, o se cierran decenas de emisoras de radio sin miramientos.  

La Carta Democrática Interamericana suscrita en 2001 en el marco de la OEA ha quedado abolida “de facto” en pocos años por la “realpolitik”, vale decir por una política exterior regional basada en intereses ideológicos o económicos, y no en la ética, los valores democráticos y el bien de los pueblos. Así se ha reflejado en los nuevos textos adoptados en el marco de la Unasur, donde el énfasis ha quedado puesto precariamente en el origen electoral de los gobiernos, y no en los aspectos vitales de su desempeño democrático. Vale por ello recordar, pues la memoria es frágil, tan solo los artículos 3, 4 y 7 de la Carta Democrática Interamericana aún vigente pero ignorada, los cuales rezan así:

“Artículo 3: Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.

“Artículo 4: Son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa. La subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al estado de derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad son igualmente fundamentales para la democracia.

“Artículo 7: La democracia es indispensable para el ejercicio efectivo de las libertades fundamentales y los derechos humanos, en su carácter universal, indivisible e interdependiente, consagrados en las respectivas constituciones de los Estados y en los instrumentos interamericanos e internacionales de derechos humanos.

Por su parte, el Protocolo de Ushuaia de 1998, que es parte de la estructura jurídica del Mercosur y del Tratado de Asunción, extendido a Bolivia y Chile, establece en su artículo 1º que: “La plena vigencia de las instituciones democráticas es condición esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Partes del presente Protocolo”, agregando en el artículo 4º que: “En caso de ruptura del orden democrático en un Estado Parte del presente Protocolo, los demás Estados Partes promoverán las consultas pertinentes entre sí y con el Estado afectado”.

En ese orden de ideas, corresponde dilucidar si en Paraguay hubo o no una ruptura del orden constitucional, cuando se cumplieron las normas para un juicio al Presidente de la República, y aun en el supuesto de que no se haya garantizado la legítima defensa al Presidente Lugo, igual argumento sería válido para que, antes de la suspensión de Paraguay del Mercosur, se le hubiere otorgado el derecho a la defensa, conforme al artículo 4º antes citado. Pero ocurrió que la suspensión decidida por los presidentes del Mercosur se hizo sin ninguna oportunidad al nuevo gobierno paraguayo para presentar sus descargos. Aún así, la medida acordada no supone la expulsión de Paraguay del Mercosur, pues el propio Protocolo de Ushuaia establece en el artículo 7, que las medidas cesarán automáticamente para el país sancionado cuando ocurra el pleno restablecimiento del orden democrático, vale decir que Paraguay no perdió su condición de país miembro.

Mal puede entonces en forma antijurídica anular el derecho de veto de un país miembro respecto a la adhesión de un nuevo socio en el Mercosur, más si el fundamento del Congreso paraguayo había sido que el gobierno de Venezuela no garantiza la plena vigencia de las instituciones democráticas. Imponer la admisión de Venezuela se constituye en consecuencia en un acto arbitrario, carente de ética y solidaridad con uno de sus fundadores. Pese a las dudas jurídicas planteadas por el Canciller del Uruguay y por miembros del parlamento de ese país, es posible que además de la acordada suspensión, el 30 de julio próximo se imponga el peso de la voluntad de los países mayores, Argentina y Brasil, para incorporar a Venezuela al Mercosur, con la anuencia final del Presidente Mujica, en otra manifestación histórica hostil de la “triple alianza” contra Paraguay, el país económicamente más débil de dicho proceso de integración.

Del lado venezolano, hay que considerar que el sistema económico que se implanta en Venezuela bajo el lema del Socialismo del Siglo XXI, no es precisamente un modelo de economía de mercado y de libre juego de los agentes económicos privados, por lo cual los objetivos de la unión aduanera que persigue el Mercosur pueden verse afectados, en especial por la progresiva estatización del comercio exterior venezolano y la imposición de rigurosas restricciones cambiarias, que se convierten en barreras no arancelarias al comercio. De allí que pese a la capacidad de importación venezolana, estimulada por la destrucción del aparato productivo interno, las reglas no resultarán de fácil asimilación para los demás socios, aunque hayan sido beneficiados por el régimen gobernante en Venezuela con jugosos contratos e importaciones en los últimos años. Y como si fuera poco, el Mercosur que vive una inocultable crisis, puede complicarse con una mayor politización e incumplimientos de compromisos por parte del gobierno de Hugo Chávez.

En lo personal, siempre defendí desde Venezuela que la vinculación con el Mercosur debía hacerse de la mano de los países andinos, como finalmente se definió en ACE No. 59 de ALADI. Pero adoptada la antihistórica decisión del gobierno de Hugo Chávez en 2006 de retirar a Venezuela de la CAN, prevaleció la motivación principalmente ideológica de vincular al país como miembro del Mercosur, aún a sabiendas de que existen profundas asimetrías económicas, principalmente con el Brasil, y que el debilitamiento de la economía venezolana convierte a Venezuela solo en un buen mercado, con pocas posibilidades de exportación hacia el sur, ya que ni siquiera el petróleo tiene buenas perspectivas, en la medida en que Brasil se ha convertido en un importante productor de hidrocarburos. Pero lo que es más grave es que, superados los obstáculos que el Congreso brasileño había colocado a la incorporación de Venezuela al esquema de integración del sur, con las mismas razones paraguayas, merced a la presión ejercida durante cuatro años por el Presidente Lula, Venezuela vaya a terminar ingresando a dicho esquema, por encima de la resistencia paraguaya, mediante un subterfugio jurídico impresentable. Ello no conferirá al país el legítimo título de un miembro admitido conforme al Tratado, por la totalidad de sus Partes contratantes. 

Confiemos en que el gobierno uruguayo medite las consecuencias jurídico-institucionales y de solidaridad con uno de sus socios, antes de adoptar la decisión definitiva. Y que considere que la cláusula democrática del Mercosur es el último recurso que queda para que el régimen venezolano, que llegó en 1998 por la vía electoral para demoler la democracia desde adentro, sepa que sus ejecutorias tienen consecuencias en el ámbito regional, tan mediatizado por esa “realpolitik” cómplice de atrocidades políticas, y meliflua en sus orientaciones. Debe además tomarse en cuenta con dignidad, que la decisión del Canciller Maduro de reunirse en Paraguay con el alto mando militar de ese país con fines políticos, constituye una inaceptable injerencia en los asuntos internos de una nación hermana que merece respeto, con la misma fuerza con que se le exige a las demás naciones del mundo.


"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

miércoles, 20 de junio de 2012

ENTREVISTA DE ENEAS BIGLIONE A PEDRO CARMONA E. Washington, Junio 2012

Venezuela: Pedro Carmona afirma: “El régimen no está dispuesto a desprenderse fácilmente del poder” – por Eneas A. Biglione

Pedro Francisco Carmona Estanga nació el 6 de Julio de 1941 en Barquisimeto, Venezuela. Es Economista, graduado en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas, con estudios de postgrado en la Universidad Libre de Bruselas, Maestría en Educación en la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá, y un Doctorado en Economía en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) de Buenos Aires, Argentina.
Proveniente del ámbito empresarial privado, en su hoja de vida se destacan distintos cargos directivos en importantes empresas químicas y petroquímicas de Venezuela y la Presidencia de Fedecámaras, la principal asociación de asociaciones de comercio y producción de Venezuela. Posee varias condecoraciones internacionales, entre ellas la Orden del Sol del Perú, la Orden Nacional del Mérito de la República de Colombia y la Orden Bernardo O’Higgins de Chile.
Con ese impresionante perfil profesional fue que los días 12 y 13 de Abril de 2002, Pedro Carmona Estanga llego a ocupar el sillón presidencial en el Palacio de Miraflores, bendiciendo a los venezolanos con los dos únicos días sin Hugo Chávez que han tenido en 14 años de autocracia.
Pero, tras el polémico regreso de Hugo Chávez al poder, el régimen apuntó todo su aparato propagandístico contra Carmona Estanga, buscando demonizar su imagen entre los miembros del partido oficialista y una amplia mayoría de la oposición.
En la ciudad de Bogotá, donde lleva una década de exilio, se encuentra abocado a tareas académicas e intelectuales, promocionando incansablemente los beneficios de la libertad y la democracia en todo el continente. Desde su escritorio tiene la oportunidad de seguir muy de cerca y de alimentar el debate constructivo sobre el estado de cosas de su amada Venezuela y la región. Ante la cercanía de unas elecciones clave para el futuro de su país y sin dejar de recomendar su blog desde la distancia, nos animamos a consultarlo acerca de distintos temas de actualidad:
EB – ¿Es posible un chavismo sin Chávez?
PCE – Cuando un régimen asume un carácter autocrático, caudillista y centralista, como es el caso del de Chávez, resulta – por decir lo menos – difícil que pueda ser perpetuado con éxito por otros con menor capacidad de conexión con los estratos populares, pues son conocidas las dotes mediáticas y narcisistas del gobernante. La figura de Chávez, pese a la ineficacia de su gobierno y a la destrucción y caos prevalecientes en Venezuela, no puede subestimarse, pues muchos segmentos populares han sido subyugados y comen de la mano del caudillo. Por lo demás, las luchas internas de poder que afloran dentro del chavismo debilitan aún más esa posibilidad, aunque hay que decirlo, la perpetuación del régimen venezolano es también de interés para los países del ALBA, Rusia, Irán, Bielorusia y China, países que o respaldan al régimen venezolano o dependen de él, o para naciones de la cuenca del Caribe que reciben cuantiosos subsidios sobre la factura petrolera, o hasta para Argentina y Brasil, que han obtenido jugosos contratos y exportaciones a Venezuela, a cambio del silencio o solidaridad con Chávez. La chequera, en fin, ha sido amplia y generosa, mientras el país está lleno de necesidades insatisfechas.
EB – Ahora que hay certeza de que la escasa salud del primer mandatario venezolano es insuficiente para que pueda liderar un nuevo período de gobierno y que la oposición ha concentrado todas sus fuerzas en impulsar a un candidato único, ¿como considera hoy que termina el 2012 en Venezuela?
PCE – Mi mayor deseo sería que Chávez conserve la salud y que sea derrotado electoralmente el 7 de octubre. De lo contrario, se crearían mitos que han sido nefastos en experiencias como las del peronismo en Argentina. El candidato unitario de la oposición en Venezuela está remontando en las encuestas y en el entusiasmo popular, como lo muestra la gigantesca marcha realizada el pasado 10 de junio para la inscripción de la candidatura opositora en cabeza de Capriles Radonski. Pero no hay que llamarse al engaño, el sistema electoral venezolano está viciado hasta los tuétanos, y el ventajismo oficialista plantea inocultables irregularidades y asimetrías. Pese a ello, tengo íntima confianza en la posibilidad de que en octubre se abra una etapa de cambio democrático, pero la oposición debe prepararse para asegurar la gobernabilidad, el cambio de sistema, que no es de un gobierno democrático a otro, y para manejar escenarios políticos complejos, ya que el régimen no está dispuesto a desprenderse fácilmente del poder.
EB – ¿Con qué objetivos considera que Hugo Chávez acaba de crear el Consejo de Estado y habla con gran entusiasmo de retirar a Venezuela de la CIDH?
PCE – No están claros los propósitos, pero basta con que aparezca la figura fría y maquiavélica de José Vicente Rangel al frente de dicho Consejo, para cavilar sobre cuáles son los propósitos que lo inspiran. Algunos analistas consideran que el Consejo estaría llamado a iniciar una transición política si Chávez se ve inhabilitado por razones de salud, otros dicen que tiene por objetivo neutralizar las apetencias y la lucha política en las filas del chavismo. En fin, todo esto está por verse.
En cuanto a la encomienda hecha por Chávez al Consejo de analizar el retiro de Venezuela de la CIDH, la misma no podría desligarse de la pertenencia a la OEA, por lo cual, a juzgar por los resultados de la Asamblea de la OEA recientemente concluida en Cochabamba, Bolivia, quizás se opte por una reforma de la Comisión para debilitar sensiblemente sus facultades. Es visible que la intención de Cuba, del régimen chavista y la de sus socios del ALBA, es continuar en la línea de modificar en profundidad toda la arquitectura institucional interamericana, para adaptarla a una tolerancia mayor ante las autocracias, a reflejar el sentimiento antinorteamericano que las inspira, hasta llegar a la exclusión de Estados Unidos y Canadá en el sistema sustitutivo, sin olvidar que se propicia un nuevo concepto de Carta Democrática en el marco de Unasur, y de la futura CELAC, que sólo pone énfasis en el origen electoral de los gobiernos –y no en su limpieza– ni en el carácter fundamental que debe inspirar a una democracia, que es la legitimidad en el desempeño de las funciones de gobierno.
EB – ¿Cuales son las fortalezas y las debilidades que ve en Henrique Capriles Radonski como candidato presidencial? Resultó bastante confusa la incomodidad que mostró Capriles cuando el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez de Colombia le dio todo su apoyo.
PCE – No estoy próximo al candidato de oposición, pero como venezolano puedo decir que la legitimidad de Capriles deriva de su escogencia en buena lid en las elecciones primarias organizadas en toda la geografía nacional. Sus fortalezas podrían centrarse en su juventud, a la vez que en un exitoso desempeño como parlamentario, alcalde y gobernador, y por haber triunfado en todas las contiendas en las cuales ha participado para cargos de elección popular. En lo personal consideraría que no obstante su favorable estrategia de no caer en las provocaciones que tratan de hacerlo subir al ring de boxeo donde Chávez es fuerte, Capriles no debe desdeñar el sentir de muchos venezolanos de afirmar la denuncia de un estado calamitoso de cosas prevaleciente en el país, del abierto ventajismo electoral oficialista, y de tantos atropellos a las libertades fundamentales y al Estado de Derecho, incluyendo muchos presos, exiliados o perseguidos políticos por convicciones contrarias al régimen.
Sobre la reacción frente al apoyo de Uribe, creería que la intención de Capriles es no mezclarse en las pugnas que se han hecho visibles entre los presidentes Santos y Uribe, aunque la población opositora venezolana valora muchas de las denuncias formuladas por el ex presidente Uribe.
EB – Algunos grupos de la sociedad civil venezolana denuncian que el G2 cubano impulsa una guerra psicológica en Venezuela con el objetivo de desmoralizar a la oposición y que ésta se sienta decepcionada y frustrada en todos sus esfuerzos. ¿Le parece que esta hipótesis resulta creíble?
PCE – Es absolutamente claro que la matriz de opinión que se ha querido sembrar con el apoyo del G-2 cubano, hoy enseñoreado en el manejo de áreas estratégicas en Venezuela, es la de un Chávez imbatible y a una distancia amplia en la delantera. Se conoce públicamente que han comprado y manipulado no pocas encuestas. Pero otras lo desmienten, amén de las impresionantes movilizaciones populares que ha logrado Capriles en las últimas semanas. Recordemos que para Cuba, la permanencia del régimen chavista es de vida o muerte, y lo mismo podríamos decir para Siria, Irán, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, y para tantas oprobiosas dictaduras o movimientos políticos extremistas con los cuales se ha identificado Chávez en forma personal.
EB – En relación a las denuncias de los magistrados Eladio Aponte Aponte y Luis Velázquez Alvaray, que de alguna manera confirman lo que ya todos sabíamos ¿cuáles considera que serán en última instancia las repercusiones de dichas denuncias?
Les denuncias de los exmagistrados mencionados se suman al voluminoso expediente de presuntos vínculos de altos oficiales y de funcionarios del oficialismo con la corrupción, el narcotráfico y el apoyo a la guerrilla colombiana. Vislumbro que todo ello no es sino la punta de un “iceberg” que seguirá aflorando en la medida en que otros funcionarios, al verse comprometidos o amenazados, continúen aportando elementos de juicio sobre los carteles y mafias que se han enquistado en el entorno cercano a Chávez. Ante esas evidencias, presumo que el gobierno de los Estados Unidos no mantendría la línea de silencio o prudencia ante el rumbo de los acontecimientos en Venezuela.
EB – ¿Usted considera que en el futuro, cuando Venezuela sea eventualmente administrada por un gobierno democrático y electo de manera transparente, los responsables y cómplices de estos 14 años de caos y corrupción chavista terminarán pagando por sus crímenes? ¿O considera que hay buenas posibilidades de que disfruten de un importante grado de impunidad?
PCE – Los retos principales de un gobierno de cambio en Venezuela serían: a) Propiciar la reconciliación nacional y el desmonte de los odios y lucha de clases, sin impunidad; b) Reconstruir la institucionalidad nacional, hoy destruida y sustituida por formas de organización caudillistas e ideologizadas; c) Desarmar a una nación armada hasta los dientes, y que ha llegado a una situación de anarquía y anomia sorprendentes; d) Reorganizar una economía inflacionaria, endeudada, estatizante, con un aparato productivo disminuido, y restablecer condiciones para la inversión y la propiedad privada, con reglas del juego claras; e) Darle organicidad a los programas sociales, para convertirlos en institucionales e incluyentes, haciendo énfasis en la generación de empleo y en la provisión de servicios de calidad en educación, salud, vivienda y seguridad personal; y f) Un reenfoque de la política internacional, para ajustarla a los intereses reales del país, y no a los objetivos políticos de un gobernante de turno. Cada uno de estos retos es difícil y complejo. De allí la necesidad de una gran sumatoria de voluntades, y que el país se convenza de que es posible retomar una senda de progreso, con amplias libertades, y asegurando un énfasis en lo social con inclusión y eficiencia.
EB – En Bolivia, diputados de oposición acaban de denunciar la presencia de cinco bases militares venezolanas en su territorio. ¿Que comentarios tiene al respecto?
PCE – Desde comienzos del gobierno de Evo Morales, se informaba sobre la cooperación militar venezolana en ese país. ¿Se recuerda el caso de un avión Hércules venezolano que aterrizó en un aeropuerto de provincia boliviano, al parecer cargado de armas, y que debió despegar pues iba a ser atacado por pobladores locales? ¿O el suministro de equipos militares y helicópteros a Bolivia, y la ayuda en la adquisición del avión presidencial? ¿O la entrega pública de cheques venezolanos en cuarteles y alcaldías para financiar sus necesidades? ¿O el envío de apoyos financieros a diversas actividades políticas afines al gobernante? No podría afirmar responsablemente que haya cinco bases militares venezolanas en Bolivia, pero todos esos hechos permiten pensar en que cuando el río suena, piedras lleva.
EB – ¿Considera que el hecho de que Evo Morales sea el mayor líder cocalero del hemisferio tenga algún vínculo con su tan estrecha relación con el régimen venezolano?
PCE – La solidaridad de Chávez con Morales ha sido incondicional. No olvido la escena de Chávez mascando hojas de coca que le habría regalado Morales, ponderando las maravillas de la planta. Pero por encima de esas anécdotas, está la firme cooperación del régimen venezolano con gobiernos, candidatos y procesos políticos políticamente afines, principalmente ligados al conocido Foro de Sao Paulo. Que lo desmientan Daniel Ortega y Rafael Correa en Nicaragua y Ecuador. Los maletines de ayuda financiera han trascendido hasta Argentina, Perú, México, El Salvador, Costa Rica, y a manos de dirigentes políticos y de grupos irregulares en Colombia (computadora de alias Raúl Reyes dixit). En fin, la discrecionalidad de Chávez en el manejo de inconmensurables recursos de propiedad de todos los venezolanos, le ha permitido desviar fondos hacia el financiamiento de objetivos políticos en el hemisferio y más allá, con desequilibrantes efectos geopolíticos y la compra de conciencias a nivel doméstico e internacional, de manera inmoral pero con resultados favorables, dentro de la más pura dialéctica marxista de que el fin justifica los medios.
EB – Muchísimas gracias por su tiempo y que tenga una buena tarde
* Eneas A. Biglione es Director Ejecutivo de la Fundación HACER en Washington DC.
Fuente: HACER


"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

lunes, 21 de mayo de 2012

TERRORISMO SIN ALMA


Colombia ha sufrido durante décadas el implacable embate de la violencia y de un terrorismo sin alma con múltiples rostros: ayer, el del M-19, actualmente reinsertado a la vida democrática, movimiento que fuera protagonista del ataque al Palacio de Justicia en 1985, y por cuyo rescate paradójicamente pagan penas oficiales militares que lo comandaron, como también de la toma de la Embajada de la República Dominicana en Bogotá en 1980; el del narcotráfico, cuya figura más emblemática fue Pablo Escobar, autor de inimaginables atrocidades; el de las FARC y el ELN, que han asolado profundamente a Colombia, asociados al narcotráfico, al reclutamiento de niños, el secuestro, el uso de explosivos o minas quiebra patas; el paramilitarismo en todas sus expresiones, el cual degeneró en absurda violencia; y finalmente el de las bandas criminales o “bacrim”, delincuentes provenientes de las autodefensas o de la guerrilla, que viven del ejercicio del narcotráfico y la extorsión en varias regiones del país.
En los últimos diez años, dicha situación dio un importante vuelco en favor de la seguridad e institucionalidad democrática de Colombia. Pero, cuando se creía que episodios de triste recordación para los colombianos habían quedado atrás, como fueron los asesinatos de Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán, Álvaro Gómez Hurtado, Rodrigo Lara Bonilla, o los atentados contra Álvaro Uribe Vélez, Ernesto Samper, Germán Vargas Lleras o el General Manuel José Bonett, entre otros, he aquí que el pasado martes 15 de mayo, la nación y el mundo fueron conmovidos por un sangriento atentado contra el ex Ministro Fernando Londoño Hoyos, director del programa radial “La Hora de la Verdad”, con una bomba de colocación magnética. De esa forma se pretendía silenciar una voz que desde el periodismo radial y escrito denuncia y combate con firmeza por igual a todas las agrupaciones irregulares, o al fanatismo ideológico que se ha enseñoreado en el vecindario, a costa de la libertad y de la democracia. Ese mismo día las autoridades desactivaron un carro bomba en Bogotá cerca de una central de policía, que de haber estallado habría tenido impredecibles consecuencias. El país se ha condolido del fallecimiento en el atentado del conductor y uno de los escoltas del Dr. Londoño, así como por los daños y heridas causados a vecinos y transeúntes, pero celebra que éste haya podido sobrevivir de una manera absolutamente milagrosa.
Más allá de que se compartan o no sus ideas, Londoño es a no dudar un colombiano y un latinoamericano de excepción, con una formación y nivel cultural superiores, que ejerce un estilo de periodismo lúcido, definido y documentado, aunque frontal. Quizás por ello sus posturas resulten controversiales ante sus detractores, pero no es menos cierto que son cientos de miles los colombianos y residentes en el exterior que cada mañana encienden sus transmisores para seguir los análisis y reflexiones de Londoño y su equipo periodístico en “La Hora de la Verdad”. Y es que en un mundo relativista, las personas que defienden con determinación sus convicciones, se ganan el respeto de muchos ciudadanos, incluyendo el de contradictores de pensamiento democrático.
Fernando Londoño expresó después del atentado, que se arrodilla ante Dios por proporcionarle una nueva oportunidad, estando de vuelta de las orillas de la muerte. Pero añadió que esa oportunidad no es para la fuga, para el silencio cobarde, o para una claudicación. Será, dijo, para continuar la lucha por lo que considera grande y bueno, en especial la libertad de prensa, la de sus compatriotas, la justicia, la dignidad humana y la del pueblo colombiano.
En Colombia, en Venezuela y en el mundo, millones de personas han seguido con atención los hechos y el posterior proceso de recuperación de Londoño, y se han solidarizado con él y su familia en los aciagos momentos vividos. Muchos concuerdan con lo por él expresado, de que nada lo silenciará mientras tenga un aliento de vida, y desean que continúe defendiendo con convicción la causa de la libertad, el progreso y la democracia en Colombia y en nuestra desveladora América Latina.
Pese a las naturales angustias que este hecho ha generado, en lo personal me ha complacido haber tenido el privilegio de escuchar el pasado viernes 18 de mayo, en el marco del VIII Congreso Internacional de Minería y Petróleo en Cartagena, una brillante intervención del joven Ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón, en la cual expuso con amplitud la estrategia que adelanta el actual gobierno de Colombia para hacer frente a los grupos irregulares y a la violencia, en una nueva fase de la política de seguridad iniciada bajo la administración precedente. La nación y el mundo confían en el pleno éxito de tales estrategias, para sosiego ciudadano, y para que un eventual recrudecimiento de la violencia no lesione el favorable momento de confianza a la inversión y al desarrollo que experimenta la economía colombiana, única garantía para el pueblo de un futuro más promisorio y de mejoramiento de su nivel de vida.    
Desde todos los rincones del pensamiento, los latinoamericanos de bien deseamos pronta recuperación y larga vida al Doctor Londoño, y que los autores del oprobioso atentado sean identificados y juzgados conforme a Derecho, en aras de una Colombia de paz, progreso y fortalecimiento de su institucionalidad democrática.   

"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

miércoles, 11 de abril de 2012

ENTREVISTA DEL PERIODISTA JUAN JOSÉ OJEDA A PEDRO CARMONA

Pedro Carmona Estanga: "Venezuela vive uno de los momentos más oscuros de su historia"

Bogotá 11/04/12. (PS - ESPECIAL).- Conocer a Pedro Carmona Estanga en persona, produce una mezcla de sensaciones encontradas, además del surgimiento de una gran cantidad de incógnitas, porque para la mayoría de los venezolanos, tras los hechos del 11 de abril de 2002 existe aun una historia no contada.

Carmona Estanga, hombre de mediana estatura, pasa desapercibido entre la gente. Llega puntual a nuestra cita y con un claro acento bogotano, comienza nuestra conversación.

¿Cómo ve a Venezuela a 10 años de los hechos del 11 de abril de 2002?

- "En uno de los momentos más oscuros de su historia. Con una sociedad fracturada y un país empujado a un modelo castro-comunista que buena parte de la población no comparte. Con Instituciones destruidas, una economía en bancarrota, además de una política internacional que responde a intereses ajenos. Veo un país armado y una delincuencia fuera de control. Con su economía endeudada, hipotecada e intervenida por el Estado. Venezuela vive un innecesario gasto en armamento, a la par de un aparato productivo en ruinas, con variables macroeconómicas desarticuladas. Su infraestructura está en una evidente decadencia. En fin, un país abatido, con un gran éxodo de talento humano, sin vigencia alguna de reglas de juego ni respeto al Estado de Derecho. El país debería estar a la vanguardia de América Latina, y en todos los indicadores se encuentra a la zaga, junto a los más atrasados países del África subsahariana".

¿Tuvo contacto con Hugo Chávez el 11A?

- "A Chávez le tendí puentes de oro al diálogo cuando fui electo Presidente de Fedecámaras en julio de 2001 y me esmeré genuinamente en persuadirlo de que era necesario para los intereses nacionales y para su propio gobierno. Pero llegué al lamentable convencimiento de que Chávez sólo quería imponer un modelo revolucionario, y que los revolucionarios no dialogan sino que imponen. Ello llevó al fracaso de los 100 días de conversaciones que sostuvimos entre agosto y noviembre de 2001 por mi iniciativa, tras la imposición de los 48 Decretos-Leyes mediante Ley Habilitante. El 11 A, los únicos que tuvieron contacto con Chávez fueron sus colegas militares, y al final, sólo dos testigos civiles: Monseñores Baltasar Porras y Azuaje. El primero de los cuales había sido llamado para garantizar la integridad del Presidente".

El 11 A se movilizó cerca de un millón de personas en la ciudad de Caracas en la marcha más grande que haya conocido el país. ¿Qué opinión tiene acerca de que al día siguiente, cuando usted se encontraba en Miraflores, no hubiese una cantidad de gente similar en las calles?
- "El país estaba en expectativa y se encontraba aún conmocionado con la masacre de Puente Llaguno por parte de fuerzas afectas al oficialismo. No tenía por qué haber una marcha similar a la del día anterior, ni habría sido explicable que así fuera. Lo cierto fue que no hubo presos ni en el alto mando militar renunciante, ni en altos voceros de los Poderes Públicos. Algunos dirigentes políticos chavistas exhortaron a los círculos bolivarianos a protestar, lo cual ocurrió aisladamente. No es cierto que haya sido por una manifestación popular lo que haya determinado el retorno de Chávez al poder. Se trató de una crisis política y militar que no permitió la consolidación de la provisionalidad, y que motivó mi renuncia a la encomienda que me había sido formulada de establecer un efímero gobierno, para llamar al pueblo a elecciones limpias que relegitimaran los poderes públicos, que en ese entonces ya se encontraban conculcados en su legitimidad e independencia. Alguna información adicional y mi libro "Mi Testimonio ante la Historia", pueden encontrarse en el Blog: www.pcarmonae.blogspot.com <http://www.pcarmonae.blogspot.com/> ".

¿Existía un plan de gobierno?
- "No había un plan de gobierno como tal, pues no existió una acción premeditada, y el gobierno provisional surgía de una crisis. El propósito definido de la transición era el de llamar a elecciones en 90 días para elegir un nuevo Parlamento, que tuviera a su cargo la relegitimación de los poderes, y en 180 días la realización de una elección presidencial sin que yo pudiera ser candidato. Todo ello bajo la supervisión de la OEA, para que ésta fuere garante del pleno restablecimiento del orden constitucional en el país. El nuevo Poder Legislativo tendría la posibilidad de considerar cuatro eventuales enmiendas a la Constitución de 1999: a) El regreso de los militares a sus cuarteles sin un papel deliberante ni beligerante; b) Doble vuelta electoral para la elección presidencial; c) Una sola reelección de Presidente de la República, con períodos de cuatro años; y d) La restitución del nombre de la República de Venezuela".

¿Qué opina sobre la posición que adoptaron los países de mayor cercanía a Venezuela?
- "La mayoría de los países dieron como un hecho cierto que se había producido una crisis que había motivado una acefalía y vacío en el Poder Ejecutivo en Venezuela. Consideraban fundamental que se asegurara la normalización constitucional en el país en corto plazo. Ello estaba garantizado con el más firme compromiso ante la comunidad internacional de celebrar rápidas elecciones. De hecho, el día 13 de abril, no sólo notifiqué a la OEA la invocatoria de la Carta Democrática Interamericana, sino que solicité el envío inmediato de una misión integrada por el Secretario General de la OEA y por el Presidente del Consejo Permanente del organismo, para que se hicieran presente en Venezuela y se iniciara el proceso de transición teniendo a la OEA como institución garante".

¿Cómo califica la actuación de los militares en esos días de abril de 2002?
- "Así como hubo militares valientes y con determinación, algunos vacilaron y mostraron debilidades que en nada ayudaron al difícil momento que se vivía. Hubo también divisiones iniciales en el Ejército y no pocas aspiraciones presentes. Ello llevó a que se perdiera un tiempo valioso en la conformación de un alto mando de unidad, cosa que se logró tardíamente el 13 de abril después del mediodía. El factor que más contribuyó a complicar la situación, fue la decisión en las primeras horas, antes de que yo recibiera la encomienda de parte de un segmento importante del estamento castrense, de que Chávez no debía salir a Cuba como estuvo dispuesto, pues debía ser juzgado. Ello determinó su permanencia en el país bajo custodia de la FA. A las pocas horas, Chávez negaba la renuncia en un fax que logró transmitir desde la Base Naval de Turiamo, lo cual contribuyó a un reflujo de fuerzas en cuadros medios que deseaban ver su renuncia escrita. Situación que también ocurrió en el grupo que comandó el General Raúl Isaías Baduel, factor determinante en la parte final de la crisis".

¿A qué se ha dedicado luego de su salida del país?
- "Desde mi llegada a Colombia, he estado dedicado a actividades académicas y al estudio. Esto me ha llenado y enriquecido intelectualmente, y me ha permitido vivir desde la perspectiva de la juventud colombiana, la realidad de un país que pese a sus problemas, progresa sin pausa. Terminé con éxito una Maestría en Educación, y un Doctorado en Economía, los cuales me tomaron casi ocho años de los diez de exilio. No paro de estudiar. El proceso educativo de una persona debe ser desde el nacimiento hasta la muerte. De resto, estoy dedicado a la lectura, y a compartir más con mi esposa, inseparable compañera de camino, en las buenas y en las malas".

¿Ha sentido persecución en estos años?
- "Desde luego que he sufrido ofensas, amenazas públicas del régimen, satanización por parte de mis adversarios, e incomprensiones o inconsecuencias en otros. Ello es propio de la condición humana. La victoria tiene muchos amigos, la derrota es huérfana, decía Bonaparte. Un pensamiento anónimo afirma: "La prosperidad hace amistades, la adversidad las prueba". Con todo, creo que basta con que haya un buen amigo, o un hombre justo en la tierra para decir: vale la pena vivir. La adversidad fortalece y tiempla el carácter del ser humano. No puedo decir que haya recibido amenazas de muerte, sino malintencionadas expresiones de deseos de muerte de algunas mentes fanatizadas del chavismo. Sólo Dios es dueño de la vida".

¿Ha sido contactado por la prensa venezolana?
- "En ocasiones sí, pero hay que comprender que en las circunstancias actuales de limitaciones a la libertad de expresión en Venezuela, muchos se sienten cohibidos de solicitar mis opiniones, cosa que en el fondo agradezco, pues he optado por una política de bajo perfil ante los medios. En Colombia jamás he dado una declaración pública, no porque no pueda, sino porque prefiero que el tiempo permita cicatrizar heridas, y porque no deseo causar problemas al país que me brinda humanitario asilo. No podría afirmar tampoco que los medios en Venezuela se hayan portado bien conmigo".

Si pudiera retroceder el tiempo, ¿qué cambiaría?
- "Si tuviéramos el don de retroceder el tiempo, haríamos muchas cosas diferentes en la vida. Con respecto a abril del 2002, no confiaría en ofertas de apoyo sin realidades en la mano, ni asumiría unipersonalmente una responsabilidad de tal magnitud ante una crisis de tan profundas proporciones. Después vienen las duras experiencias del lavatorio de manos, del yo no fui, de las críticas y de la construcción del chivo expiatorio. No me arrepiento de no haber sido timorato o cobarde".

¿Tiene planificado regresar a Venezuela?
- "Venezuela requerirá en el futuro el concurso de todos sus hijos dispersos por el mundo para su reconstrucción, tras tan dura y nefasta experiencia. No aspiro a nada, pues es el tiempo actual el de las nuevas generaciones. En mi patria están mis raíces de siglos, mis recuerdos, mis vivencias, y mi compromiso. Espero que Dios me dé vida para ver un cambio en la sufrida patria, y que los venezolanos podamos reencontrarnos un día y abrazarnos en reconciliación como hermanos, en el suelo patrio que nos ha sido arrebatado".

Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad

"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"

miércoles, 4 de abril de 2012

DIEZ AÑOS DESPUÉS

Se conmemoran diez años de la crisis política del 11 de abril del 2002. El régimen gobernante, ante la proximidad de los comicios del 7 de octubre, se esmerará en convertir dicha fecha en un acto proselitista más. Vociferarán, siempre mirando hacia atrás, afirmando que se trató de un golpe de Estado de la derecha pro imperialista, y la letanía de que después del 11 A hubo un 13 A, refiriéndose al retorno “triunfal” del caudillo, tras la renuncia que yo presentara ante el país ese último día, a la encomienda de formar un corto gobierno de transición. El objetivo era, valga recordarlo, llamar al pueblo, depositario del poder constituyente originario, a decidir el destino de la nación, eligiendo rápidamente a una Asamblea Nacional que tendría a su cargo la relegitimación de los poderes públicos, ya en ese entonces subyugados por el Poder Ejecutivo, y realizar luego elecciones presidenciales, sin que por expresa disposición, pudiera yo ser candidato. Mal se ha dicho que se pretendió derogar la Constitución de 1999, pues mi juramento estuvo explícitamente dirigido a rescatarla, tras un brevísimo período de facto.

En un documento que escribí hace un año, inserto en mi Blog bajo el link: http://pcarmonae.blogspot.com/2011_04_01_archive.html, intenté aclarar dudas e imprecisiones sobre los acontecimientos de abril, que merced a la propaganda oficialista o a la desinformación, han flotado en el ambiente. El régimen, con su poder mediático sigue hablando de golpe, cuando se trató de un vacío de poder, y ha tenido el descaro de atribuir los muertos de Puente Llaguno a la oposición. Pero el mundo fue testigo de quiénes fueron sus autores, y la sangre de los caídos clama aún por justicia. La sistemática mentira oficialista movió a la contratación de periodistas europeos para elaborar un documental que se ha proyectado en el mundo, destinado a falsear la verdad, y a colocar al régimen en el papel de víctima. Otros me adjudican la responsabilidad exclusiva de una oportunidad perdida, bajo una visión simplista, pues sin eludir mis ejecutorias, fueron momentos de una compleja crisis política, en que ocurrieron errores, omisiones y debilidades tanto en el ámbito castrense, como de quienes con ingenuidad o mala fe contribuyeron a erosionar la provisionalidad. No había en ese momento otro propósito que no fuera restablecer el orden constitucional bajo supervisión internacional, para salvar a una democracia secuestrada por la insaciable sed de poder del gobernante. ¿Habría sido acaso posible lograr una transición de salvamento democrático con instituciones controladas por el oficialismo, o era legítimo llamar al pueblo a definir el destino de la nación, al amparo del artículo 350 de la Constitución? Diez años después, los hechos hablan por sí solos, y con respeto por los juicios críticos, hay que valorar con la mano puesta en el corazón, cuán lejos ha llegado el régimen en su afán de imponer un proyecto castro-comunista que era previsible desde 1998, y si el 11A era posible actuar con total apego jurídico ante un orden institucional vulnerado, o se justificaba la apertura de un efímero período de facto para salvar a un sistema político amenazado, en la actualidad agonizante.

Hoy rememoramos la masacre del 11 A de manos de militantes oficialistas contra una marcha pacífica, que jamás hay que olvidar. Como tampoco, que Chávez quiso ir más lejos al invocar el Plan Ávila, cuya aplicación habría supuesto el uso de armas de guerra contra una población indefensa, al más puro estilo sirio. Está documentado en los videos de ese día, que el único dirigente de la sociedad civil que trató infructuosa pero insistentemente de impedir que la marcha llegara a Miraflores fue quien esto escribe. Luego, los desacatos militares a las órdenes del presidente desencadenaron la crisis que llevó a la anunciada renuncia de Chávez por parte del más alto vocero militar, “la cual aceptó”. Pero no es menos cierto que, como balance, se perdió una oportunidad que a todos duele, pues la acción de la sociedad civil, del sector militar, de la Iglesia, de profesionales y venezolanos del común, no condujo a la salida deseable. Vale por tanto recordar algunos de los hechos que, entre tantos, contribuyeron al revés de esos días:

a)      En el estamento castrense prevaleció una corriente, alentada por las emociones del momento, que se opuso a la salida de Chávez a Cuba en la madrugada del 12 A, alegando que debía ser juzgado, y ello motivó que el presidente renunciante permaneciera en territorio nacional bajo custodia de la F.A. Pocas horas después, desde la Base Naval de Turiamo, Chávez negaba su renuncia en un fax que logró hacer llegar a todas las guarniciones del país, estimulando un reflujo de fuerzas en cuadros medios y en el grupo liderado por el General Baduel, hoy preso de Chávez. Desde mi óptica, ese fue el error que sentenció el fin de la provisionalidad.

b)      La ausencia de un plan previamente estructurado, la incomprensión sobre el Decreto y un alud de acontecimientos no previstos, dificultaron transmitir con claridad al país el propósito de la provisionalidad de llamar a elecciones parlamentarias en 90 días y presidenciales en 180 días, bajo la supervisión de la OEA, invocando la Carta Democrática Interamericana, para que dicho organismo sirviera de garante de la restitución del orden constitucional. No llegó tampoco a conocerse en su totalidad, la decisión de conformar un equipo de gobierno integrado por valiosos profesionales independientes, y un Consejo Consultivo de la presidencia, con participación de las principales organizaciones políticas.

c)      La irreparable pérdida de tiempo el 12 A para consolidar la unidad de mando en la Fuerza Armada, pues hubo divisiones en el seno del Ejército, hasta que el día 13 en horas de la tarde, fue posible conformar un Alto Mando que lo garantizara, y ubicar al más antiguo General del Ejército al frente del Ministerio de la Defensa. Hay quienes aún cuestionan la designación inicial de un Vicealmirante en dicho Ministerio, pero fue la opción válida del momento. A la caída de Pérez Jiménez en enero de 1958, la Junta de Gobierno estuvo presidida por un Contralmirante, y su integración debió modificarse a las pocas horas, dadas las reacciones que generó la inclusión de algunos oficiales del Ejército en su seno. Todo ello está explicado en el libro “Mi Testimonio ante la Historia”, cuya venta fue prohibida en Venezuela por acción de una jurista, pero cuyo texto puede hallarse en el Blog:  http://www.pcarmonae.blogspot.com/2011/03/mi-testimonio-ante-la-historia-pedro.html

d)      La actitud de algunos analistas hacia la provisionalidad, aún antes de conocerse el Decreto de conformación del gobierno de transición, pese a que luego se haría pública la intención de conformar un amplio Consejo Consultivo de la Presidencia, y se invitaría a un dirigente de la principal central sindical, la CTV, a ocupar la Vicepresidencia Ejecutiva, amén del compromiso de celebrar rápidas elecciones y de respetar los derechos humanos, políticos, laborales, y los de Gobernadores y Alcaldes. Algunos actores se rasgaron así las vestiduras por una legalidad inexistente, pues el régimen se había deslegitimado a raíz de la elección espuria de integrantes de varios de los Poderes Públicos, la conculcación de su independencia, y la aprobación arbitraria de Decretos-Leyes, algunos de rango superior, al amparo de Leyes Habilitantes. Con todo, el día 13 de abril se rectificó el Decreto original para llamar al Parlamento a que sesionara y definiera el destino de la transición. Cuando reapareció el Vicepresidente Diosdado Cabello, quien permanecía oculto, y fue juramentado por el Presidente de la Asamblea Nacional, yo ya había renunciado y acaté dicha decisión, aunque el juramento no fue tomado en sesión plenaria de la AN. Es apenas una conjetura que hubiese existido un acuerdo en grupos de parlamentarios para darle legitimidad al gobierno provisional.

e)      La politización de PDVSA, marcada por la designación de una Junta Directiva no meritocrática afín al presidente, y la destitución de numerosos funcionarios de la empresa, constituyó el principal detonante de las protestas que desembocaron en el paro y la gran marcha del 11 A. Posteriormente, Chávez reconoció públicamente que había provocado deliberadamente la crisis de PDVSA. Los temores de ese entonces han quedado confirmados con el tiempo: PDVSA fue tomada políticamente, convertida en caja chica del gobierno, y su gestión financiera y operativa han quedado gravemente comprometidas, en contra de los intereses nacionales.

f)       La febril actividad desplegada desde La Habana por Fidel Castro, primero para solicitar a Chávez que no se inmolara como Allende, luego para ofrecerle asilo y encarecerle que no firmara su renuncia para intentar desde Cuba soliviantar al pueblo y recuperar el poder, y finalmente, al no materializarse el viaje del presidente a Cuba por la decisión castrense, Castro realizó insistentes llamadas a Generales venezolanos para conminarlos a restituir al mandatario en el poder, acción explicable no sólo en defensa de su pupilo, sino para asegurar el apoyo económico vital que se le brindaba, el cual ha seguido incrementándose en años posteriores. Dicha acción estuvo acompañada por la solidaridad de algunos movimientos y medios de comunicación ligados al Foro de Sao Paulo.

A diez años de distancia, pese al interés oficialista de mantener latente un 11 A reescrito a su conveniencia, es bueno recordar que al reasumir funciones, Chávez prometió con un crucifijo en la mano rectificar en todo cuanto fuese necesario, y la creación de una comisión de la verdad sobre la masacre de ese día. Nada de ello fue cumplido. El diálogo iniciado bajo la conducción de José Vicente Rangel constituyó una burla, como fue una burla la mesa de diálogo que funcionó entre agosto y noviembre de 2001, encabezada por el Ministro Giordani, en virtud de mi insistencia en nombre de Fedecámaras ante el Presidente Chávez. Dicho  esfuerzo culminó con la imposición de 48 Decretos-Leyes en temas vitales, hecho que marcó el inicio de una etapa de protestas con el paro nacional de 12 horas que lideré en nombre del empresariado el 10 de diciembre de 2001, al cual se sumó el 90% del país, ante la ira e incredulidad del Jefe del Estado. En ese momento comprobé que Chávez quería pasar a la historia no como un estadista sino como un revolucionario, y que su talante democrático era inexistente.  

Hay que recordar además que el Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada en agosto de 2002, que tanto perturbó a Chávez con gruesos insultos al TSJ, obligando a la posterior derogatoria de la misma, no sólo se reconoció que el 11 A ocurrió un vacío de poder, sino que respecto a la transición, expresó lo siguiente:

“…como ya se dijo, una vez que se anunció por el General en Jefe la renuncia del presidente y del Alto Mando Militar, todo el País tenía el derecho y la obligación de creer tal como sucedió con la OEA, que en Venezuela existía crisis en el poder ejecutivo por carencia de titular de la Presidencia. Fue en esas condiciones cuando los militares anunciaron el nombramiento del Presidente provisorio. Evidentemente que carecían de competencia para esa actuación, aun cuando por mandato legal se les deba reconocer la buena fe en su actuación y no puede la Sala aplaudir ni silenciar esa conducta por mucho que se acepte que estuvo preñada de buenas intenciones.

Ahora, si no existía Presidente en ejercicio y antes se habían producido los graves acontecimientos que los militares como móvil de sus pronunciamientos; que la OEA condenó tal y como lo hiciera este Alto Tribunal, no puede decirse que con ello se pretendía impedir u obstaculizar el ejercicio de un poder ejecutivo sin titular, ni alterar el orden y la paz interior de la nación, que ya se había roto por elementos exógenos a los imputados. Más aún, afirmó el general Vásquez Velazco e hicieron público los medios de comunicación social, que al no conseguir a ninguno de los llamados a suceder al Presidente en caso de falta absoluta, llamó al Presidente de este Tribunal para preguntarle si a él, correspondía la asunción de ese cargo pero éste le aseguró que tocaba al Vicepresidente.

Esta forma de actuar, claramente evidenciaba que no era su intención la toma del poder sino la de restaurar la paz interior y la buena marcha de las instituciones ya que de lo contrario, no se puede explicar esa pregunta”.

Ha llegado el momento de dar vuelta a la estratagema gubernamental de mantener la mira puesta en el pasado, y de asumir sin complejos el revés del 11 A, pues lo que se pretende es seguir tendiendo cortinas de humo, dividir a las fuerzas democráticas, y esconder el trágico balance de una crisis múltiple de 13 años de gobierno, expresada en un revanchismo exacerbado, la cubanización del país, la construcción de estrechas relaciones con nefastas dictaduras del mundo y cercanías con las FARC y el ELN, el armamentismo, la siembra de odios y lucha de clases, la inseguridad y anomia prevalecientes, la destrucción del aparato productivo y de la infraestructura, la crisis de los servicios de electricidad y agua, la exportación del Socialismo del Siglo XXI, el aberrante endeudamiento, la venta de petróleo a futuro, y la pretensión de aplicar un Plan Socialista 2013-2019 para asegurar la irreversibilidad del proceso. Son hechos de gravedad suficiente para no embestir más el trapo rojo del 11 A, como no sea para recordar a las víctimas de la masacre oficialista.

Hay que asumir el presente y el futuro, evidenciando ante el mundo cómo el régimen conduce al país a su antojo, sin rendición de cuentas ni apego a las más elementales normas del Estado de Derecho. La democracia no consiste solo en elecciones, que son manipulables, sino en la legitimidad en el desempeño. El de Chávez es un gobierno arbitrario con espíritu totalitario, ineficiente, corrupto y despilfarrador de recursos públicos, que destruye y divide en lugar de dedicar sus energías a la tarea constructiva; que ha comprometido como nunca la soberanía nacional ante Cuba y otros países; que barrió con las instituciones, y que pretende abolir el modelo republicano consagrado en las constituciones desde que Venezuela es nación independiente. Gómez y Pérez Jiménez fueron déspotas censurables, pero al menos se rodearon de gente preparada, pusieron orden en la economía, crearon instituciones, garantizaron seguridad al común de la población, y construyeron obras públicas. El daño causado al país por el prolongado régimen chavista es inconmensurable y se proyectará por décadas en lo económico, social e institucional. Hay que admitir no obstante, una cuota de responsabilidad de la sociedad venezolana, al haber tolerado que el proyecto totalitario avanzara sin pausa, bajo la falacia oficialista de que la revolución está por encima de la Constitución, que todos los poderes deben estar a su servicio, que Cuba y Venezuela conforman una sola nación, y por no haber exigido con firmeza cambios en las reglas del juego, para garantizar el respeto al voto.

Considero que el reto que hoy enfrenta el país es aún mayor que el de abril de 2002. La vía electoral no representa el cambio normal de un gobierno democrático a otro, sino la sustitución de un sistema totalitario marxista por uno apegado al Estado de Derecho, y a una economía de mercado socialmente responsable, lo cual implica serias complejidades. Es por tanto indispensable: 1) Garantizar una sólida unidad en las fuerzas democráticas de cambio. 2) Contrarrestar el ventajismo oficialista, exigiendo depurar el Registro Electoral Permanente, y organizando la defensa del voto mediante un eficaz operativo de testigos en todas las mesas electorales, para acopiar las actas y facilitar el conteo rápido de sufragios. 3) Generar confianza entre indecisos y chavistas desencantados respecto al futuro de una Venezuela sin Chávez, para desvirtuar la consigna de que si no es Chávez habrá guerra o caos. 4) Sembrar en el alma de los venezolanos un mensaje de no violencia, contrario al que transmite a diario el discurso presidencial y de sus allegados, aunado a la acción de grupos de choque que intimidan a la población y tratan de impedir que el candidato de unidad visite los barrios populares, y así estimular la abstención. 5) Prepararse para escenarios de alta complejidad política, dada la acción de quienes pretenden perpetuarse en el poder o enguerrillar al país, ante lo cual solo un amplio acuerdo nacional permitiría neutralizar la potencial acción desestabilizadora. No hay que olvidar que Rómulo Betancourt enfrentó con éxito entre 1959 y 1964 los embates de la lucha armada pro cubana y de la extrema derecha nostálgica del perezjimenismo, y ello fue posible gracias al denostado Pacto de Punto Fijo, el cual es un referente bajo realidades históricas distintas, como lo fue la concertación nacional en Chile después de Pinochet, en cuyo contexto la estadista Michele Bachelet,  víctima de la dictadura, asumió el poder sin resentimientos expresando: “el pasado nos divide, el futuro nos une hacia la construcción de un gran porvenir”.         

Un análisis sobre los retos principales de un gobierno de cambio en Venezuela, fue recogido en mi Blog:  http://www.pcarmonae.blogspot.com/2012_01_01_archive.html.

En pocas semanas cumpliré también 10 años de exilio, que han significado un profundo cambio de vida, y pese a haber sufrido en carne propia las flaquezas de la condición humana, he recogido una enriquecedora experiencia académica y profesional en el país hermano que me brinda humanitaria protección conforme al Derecho Internacional, ante la falta de garantías al debido proceso, a la legítima defensa, y al riesgo que corría mi integridad personal. Me satisface haber sido investigado por el régimen desde que fui concebido, y que se me ataque políticamente pero no moralmente, pues hay detrás una trayectoria de vida limpia, de principios, y de suprema valoración a la vida, incluyendo la de Chávez, ahora y en el 2002. No podría decirse lo mismo de quienes se aferran patológicamente al poder, con cerca de 160.000 muertos por la inseguridad que campea en el país, que han arrasado las finanzas públicas, amén de cientos de presos políticos, exiliados, un país de inmigrantes convertido en uno de emigrantes, y las graves limitaciones impuestas a la libertad de expresión y de información. Recuerdo que Teodoro Petkoff expresó a César Miguel Rondón en una entrevista el 12 A, que si bien los poderes recibidos el 12 A lucían excesivos, consideraba que yo era un hombre prudente y sensato, y que confiaba en que sabría ejercerlos con buen criterio. Pero la Fiscal Ortega Díaz sigue hablando de órdenes de captura contra la disidencia, existiendo tantos delincuentes allegados al régimen protegidos en solidaria camaradería, en tanto que Diosdado Cabello, el mismo que desapareció el 11 A, y  a quien se atribuye tanto poder económico, anuncia que leerá de nuevo en la Asamblea Nacional la lista de firmantes del Decreto de constitución del gobierno provisional, para atacarlos y descalificarlos. 

Si se perdió una importante batalla en abril de 2002, no se ha perdido la guerra contra el totalitarismo. Produce perplejidad la destrucción provocada por un régimen militarista, ideológicamente fanatizado, que no cree en instituciones sino en la consigna “ceresoliana” de “caudillo, ejército, pueblo”, y que ahora impone como saludo militar el: “bolivarianos, revolucionarios, antimperialistas, socialistas y chavistas”, en un insólito empeño de politizar a una institución que constitucionalmente está al servicio de la nación y no de persona o parcialidad política alguna, sembrando en ella el más pernicioso culto a la personalidad del gobernante. El régimen se apega también a la dialéctica marxista de que el fin justifica los medios, pero ha desperdiciado una oportunidad histórica irrepetible, para colocar a Venezuela a la vanguardia de América Latina. Siento por ello íntima tranquilidad al definirme como un disidente, aunque sin activismo político. Mal me sentiría si fuese o hubiese sido cobarde o apático, sin negar que si pudiese dar marcha atrás al reloj, algunas cosas haría de manera diferente. Pero cuando se está ante un tsunami, no hay opción para decisiones sosegadas, ya que todo es arrasado por su furia.

Para fortuna de los venezolanos y del mundo, se ha abierto un rayo de luz de esperanzas en torno al proceso electoral del próximo 7 de octubre. Pese a las inmensas asimetrías derivadas del ventajismo oficialista, no es imposible un triunfo electoral, si el país reacciona como lo hizo en procesos previos en que fue capaz de derrotar al poderoso aparato oficialista. De esa manera, no sería por un acto de Dios que no deseamos, dada la precaria salud del presidente, pues además implica riesgos de que se erijan mitos políticos futuros, sino mediante una avalancha de votos, o la resistencia pacífica y constitucional, que se rescate la democracia en Venezuela. De ser así, ni la poderosa maquinaria propagandista del chavismo, ni el discurso de que la revolución llegó para quedarse, o la compra de conciencias y de encuestas, serían capaces de acallar la voluntad popular.  

Escribo estas reflexiones durante la Semana Santa. Ello me mueve a invocar con fe al Dios Todopoderoso, para que vuelva los ojos sobre la sufrida patria, y le restituya, con el necesario tesón del pueblo, el don preciado de la libertad.

“Cuando los pueblos están en riesgo de desaparecer por obra de los hombres o de las instituciones, el grito de alarma es sagrado; someterse o callar no es solo debilidad, sino un delito público”. Julio César Salas, Venezuela, 1919.

"Cuando me desespero, recuerdo que a través de la Historia los caminos de la verdad y del amor siempre han triunfado. Ha habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero, al final, siempre caen", Mahatma Gandhi.



"Para la verdad, el tiempo; para la justicia Dios"